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Opinión
Editorial: ¡Adiós a un año convulsionado!
De principio a fin, Ecuador tuvo un año convulsionado que, seguramente, es una advertencia de lo que será el 2025
El 2024 se presentó como un año particularmente desafiante para Ecuador. Aunque en la retina nacional quedarán grabados los 88 días con apagones que alteraron la cotidianidad y economía ecuatoriana, esa no fue la única crisis. Enero, que empezó con la fuga de alias Fito de la Cárcel Regional de Guayaquil y la violenta toma en vivo y en directo del canal TC Televisión, vaticinó desde el inicio una época marcada por la violencia, y así fue: 6.818 asesinatos hasta el 25 de diciembre pasado.
Además, las escabrosas revelaciones y testimonios de los casos Metástasis y Plaga, por solo mencionar dos, desnudaron la intimidad del narcotráfico con altas esferas del poder, mientras las disputas políticas abarrotaban las portadas: rompimiento de relaciones con México por la captura de Jorge Glas y un inédito conflicto entre el presidente Daniel Noboa y su vicepresidenta Verónica Abad.
Y aunque la gloria olímpica de nuestros deportistas nos entregó un bálsamo de cinco medallas en París 2024 (la mejor cosecha de la historia), la realidad de nuevo golpeó al país. Hoy, el último día del año, a las 10:30, 16 militares enfrentan una audiencia de imputación de cargos por la desaparición de cuatro niños en Guayaquil. De principio a fin, Ecuador tuvo un año convulsionado que, seguramente, es una advertencia de lo que será el 2025.