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Opinión

Editorial: ¡A vacunar a los pelados!

La luz al final del túnel parece encontrarse más cerca para lo que refiere un regreso a las aulas de escuelas y colegios, que ya contarán próximamente con las respectivas dosis para protegerse de la COVID-19.

Desde ayer se empezó a inocular a los adolescentes entre 12 a 15 años y para octubre se espera hacerlo con los menores entre 6 a 11. Esto abre la esperanza de un retorno a mediano plazo a los salones, que aún siguen empolvados en espera a la normalidad educativa. Por suerte, el COVID-19 tiene una baja mortalidad en niños y jóvenes, pero el contagio de ellos hacia los mayores es un arma letal silenciosa que en muchas ocasiones ha terminado con la vida de sus familiares, además, con la variante delta no se descarta que el virus sea mortal para ellos. Los niños y adolescentes, propio de su edad, en muchas ocasiones no mantienen los protocolos de bioseguridad de manera recurrente, para lo cual se espera que tanto los padres y profesores estén en una campaña permanente para no bajar la guardia y prolongar las normas de higiene en práctica 24/7.

Recordemos que a pesar de todo el esfuerzo que hacen los planteles educativos para mantener las clases sin interrupción, aprovechando los medios tecnológicos, es palpable que el nivel de enseñanza ha disminuido en comparación a las clases presenciales de años anteriores. Adicional de los conocimientos que pueda aprender o no, está comprobado que el nivel de estrés y problemas de conducta producto del encierro y la falta de interacción social son evidentes y preocupantes.