En Guayaquil los ciudadanos viven secuestrados todos los días. Salen a sus trabajos o centros de estudios con el miedo de ser víctima de la delincuencia común; van con el miedo de ser heridos o asesinados por alguna bala perdida, de esas que tanto ‘regalan’ los sicarios hoy en día; en todos lados están con el terror de ser llevados a la fuerza para exigir recompensas... esta es una ciudad secuestrada, en realidad, por el terror.

Y es, precisamente, el secuestro, uno de los delitos que más se está registrando en estos días. El plan de seguridad estatal ha demostrado una sola cosa:no sirve para nada. Está secuestrado, también, pero por la inoperancia de las autoridades. Y así seguimos de mal en peor.

¿Teme salir con su familia o amigos?

“Sé que estoy en peligro en cualquier lugar y momento. Uno sale a hacer lo específico, pero aparte me encomiendo a Dios siempre que voy a salir de casa”.

“Es algo a lo que estamos expuestos no solo en Guayaquil, sino en todo el país porque ya no se puede confiar en nadie. Le pueden robar o hacer algo ahora mismo”.