La esperada remoción de Jorge Yunda como alcalde de Quito mantuvo pendientes a los grandes sectores capitalinos y también de todo el país, en acontecimientos que culminaron en la madrugada del pasado jueves 3.

La sesión extraordinaria del Cabildo capitalino se cerró con el triunfo mayoritario de 14 de los 21 concejales, entre ellos tres de la llamada Revolución Ciudadana que controla el correísmo. Otros 6 se abstuvieron, yéndose contra las reglas que especifican claramente que “el voto nominal razonado se cumplirá en orden alfabético, y no se podrán abstener de votar, y tampoco retirarse de la convocada sesión”.

Así, se ha interpretado el sentir de las mayorías no solo de Quito sino del país también. Y se recordó que Yunda no quiso rendir cuentas de las ejecuciones presupuestarias ante la Asamblea de los años 2019 y 2020. Además, no incluyó en el orden del día el informe del gerente general de la Empresa Pública Municipal sobre el plan de pavimentación de las calles de la capital.

Aparte de las ‘hazañas presupuestarias’ de un hijo suyo, Yunda alardeaba de que el tan esperado metro de Quito ya está construido en un 99 % y anunció su inauguración para finales del año pasado, luego para los primeros meses del 2021, y hasta se jactaba del vergonzoso grillete que le impusieron, y no precisamente por su buena conducta.

Ahora a Yunda le quedan al menos dos instancias para apelar, pero su final está prácticamente marcado.