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Opinión

Editorial: Las obras son para el pueblo

El caos vehicular en la vía a Salitre, en un futuro próximo, será similar al que tienen actualmente las vías Samborondón y a la costa, porque el crecimiento poblacional en ese sector continúa sin una planificación municipal de construcción de vías alternas de acceso a Guayaquil.

Ni la autoridad local ni sus vecinos están midiendo el impacto que va a tener en la movilidad humana el incremento del número de vehículos particulares ante la inexistencia de sistemas masivos de transporte para el traslado seguro de los nuevos residentes.

Cambiar el uso de suelo, de rural a urbano y de residencial a comercial, sin los correspondientes estudios, hace saltar la sospecha de que hay algún tipo de negocio de por medio.

El hecho de que se construyan accesos, con trazados que sirven principalmente para llegar a grandes comercios, es cuestionable porque la obligación de los servidores públicos, beneficiarios del voto popular, es atender a los habitantes de todos los sectores, de acuerdo con sus intereses y no de unos cuantos.

Los alcaldes de Salitre, Samborondón y Guayaquil deben analizar su administración para corregir los errores y ejecutar las obras de mejoramiento que requiere la población, de acuerdo a sus necesidades insatisfechas, que son muchas.