Ecuador está, literalmente, a merced de los narcocriminales. Muy poco o casi nada han servido los estados de excepción establecidos, uno tras otro, cada vez que ocurre una serie de asesinatos que conmueven a la sociedad. La delincuencia organizada y de paso la delincuencia común se han reído y se siguen riendo del Gobierno por cada medida que establece. Y lo seguirán haciendo mientras no exista un verdadero plan integral para combatirlas.

Como una burla más quedó el supuesto pacto de paz nacido en las cárceles, con una comisión de paz que, dentro de sí mismo, no tuvo paz alguna y en donde fue obvia la división.

La delincuencia se ha mofado de todos. De la Policía y de los militares en las calles, en operativos ‘sorpresa’ que son anunciados con bombos y platillos en programas en vivo en la televisión o en redes sociales. De las advertencias del Gobierno de actuar con mano dura. De la justicia que excarcela sin ton ni son a narcojefes. De fiscales a quienes tiene atemorizados.

Diario EXTRA lo viene advirtiendo desde hace casi dos años, acogiendo voces de expertos en el tema de seguridad que anticipaban el aumento de la criminalidad, debido a la narcoguerra por el poder. Eso lo que está ocurriendo. Y al Gobierno le ha quedado muy grande este tema. Tanto que hasta ahora no sabe qué hacer.