Ayer, los ecuatorianos despertamos, una vez más, con nuevo precio de los combustibles extra y diésel, que regirán hasta el próximo 11 de noviembre, alza que da paso a esa ‘cadena maligna’ de que si sube la gasolina sube todo.

Y, con ello, la voz de queja viene de los diferentes sectores de la ciudadanía que no sabe cómo ingeniárselas para estirar el dinero y les alcance. Y no se trata solo de sectores estratégicos, la verdad es que todos se la ven “color de hormiga”, porque con el salario básico que rige en nuestro país el pueblo no resistirá mucho tiempo esta subida de precios que se está dando de manera periódica.

El gremio de transportistas lleva varios meses pidiendo una solución a este problema, justificando que los valores actuales no les generan ganancias para su actividad.

La Confederación Ecuatoriana de Nacionalidades y Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (Fenocin) pide que revisen el decreto ejecutivo por el que se eleva cada mes los combustibles, porque con esa subida de precios no hay economía que prospere, mucho menos después de haber sido golpeada desde febrero del año pasado por la pandemia del coronavirus que llegó con una serie de prohibiciones y restricciones bajo el brazo que nos pusieron en jaque.

Se espera que el gobierno llegue a acuerdos con los sectores estratégicos sobre este tema y no volvamos a vivir lo de octubre del 2019, cuando un grupo de personas, se refugió en la consigna de “marchamos pacíficamente”, cuando la verdad fue que se perpetraron actos vandálicos que dejaron serias afectaciones no solamente en edificios, sino también en nuestra economía, que tuvo que paralizarse para proteger la vida de muchos.