Amelia (nombre protegido) ya no hace sola las compras del mercado. El nerviosismo e incertidumbre son sus acompañantes, y un rosario con el que reza al caminar por las calles de Calceta, provincia de Manabí.

“Da terror oír una moto, no se sabe cuándo se baje algún malandro y dispare a la siguiente víctima. No vivimos tranquilos. La paz que caracterizaba a este pueblo se ha trastocado”, lamentó la mujer.

La sexagenaria, fiel creyente católica, no pudo ir a la misa presencial en la iglesia San Agustín de Calceta. Por los tres asesinatos perpetrados el 3 de septiembre, el párroco decidió que las eucaristías sean online.

Sábado sangriento

A las 14:00 de ese sábado, el primero en ser atacado a balas por sicarios motorizados fue José Gabriel Ureta (29 años). Lo asesinaron con varios disparos en la cabeza cuando conducía su moto en el sector Divino Niño. Según el reporte policial, el hombre registraba una detención en el 2015 por el delito de robo.

Dos horas después, en la avenida San Lorenzo, la ‘huesuda’ volvió a ‘camellar’ con gatilleros. La víctima fue un joven de 20 años, sin prontuario. Su nombre es Roger Javier Rivera, quien falleció con tiros en el ‘mate’.

El último crimen fue reportado a las 17:00 en el sector El Corozo. El mismo modus operandi: interceptaron a su víctima en moto y dispararon directo a la cabeza. El occiso es José Raúl Chávez Bazurto y no presenta antecedentes penales.

Sin ventas, pero con vida

La ‘lluvia’ de inseguridad ha llenado de amargura al sector comercial. La mañana del domingo 4 de septiembre, varios negocios prefirieron cerrar sus puertas por miedo.

“Por el caos en Calceta debemos priorizar la vida. Somos gente de trabajo, pero el temor de que llegue un comprador y sea una víctima nos ha puesto a pensar”, dijo Eduardo, dueño de un negocio.

Santiago, un joven universitario, cree que Calceta, cabecera del cantón Bolívar, está viviendo otra pandemia. “Es parecido a lo que pasamos al inicio del coronavirus. La única diferencia es que en su momento estábamos encerrados porque éramos seguidos por un virus; ahora no salimos porque somos perseguidos por las balas”, comparó.

El futuro ingeniero dice que Calceta tiene una rica historia, por la cual se la conoce a nivel nacional. Recordó que varios poetas la bautizaron como ‘La sin par’, por su belleza, hospitalidad, escenarios naturales, turismo, sembríos, por estar bañada por el río Carrizal y por ser cuna del gran cacao con el que se fabrica el chocolate ecuatoriano.

“Lamentablemente hoy es Calceta ‘la sin paz’. Ya no queremos más violencia, no queremos que se manche nuestra historia”, manifestó Santiago.

Calles peladas

La mañana del 4 de septiembre muchas calles, como la tradicional y céntrica 10 de Agosto, lucieron vacías. Calceta tiene varias zonas normalmente dinámicas, pero ese domingo parecía un pueblo fantasma.

A través de redes sociales los lugareños trataban de enviar mensajes de aliento y algunos organizaron una marcha por la paz.

Allanamientos y detenciones

Según la Policía, la causa de las últimas muertes en la ciudad manaba es la disputa entre organizaciones delictivas por territorios para el expendio de droga.

Alex Salgado, comandante de la Subzona Manabí #13, dijo que han aumentado las acciones de inteligencia y han obtenido resultados en flagrancia.

“Se han hecho allanamientos. Tres ciudadanos fueron detenidos y obtuvimos varias evidencias que permitirán ir vinculando a las personas a los hechos suscitados. Son ecuatorianos que pertenecerían a organizaciones delictivas”, explicó.

El oficial dijo que los tres crímenes del 3 de septiembre guardan relación con el microtráfico.

“Las víctimas tienen antecedentes delictivos. Los celulares tienen conversaciones en las que se planificaban actos en territorio. La información será procesada por los agentes”, concluyó.