Exclusivo
Farándula
Peleas, pero de ‘ñaños’ en el Binomio de Oro
Orlando Acosta, exintegrante de Binomio de Oro, cuenta las verdaderas razones por las que dejó el grupo.
El vallenatero Orlando Acosta aún se sorprende con los rumores que escucha sobre las razones que lo habrían motivado a dejar el Binomio de Oro hace más de 10 años.
“No son ciertos... Éramos como una familia, a veces había diferencias, como que se fastidiaba uno y a veces nos agarrábamos como hermanos, pero había mucho cariño. Para mí fue como una escuela y tengo mucha gratitud”, describe.
Hace unos días, el músico visitó la capital, cantó para sus fanáticos y recordó todos esos escenarios ecuatorianos que pisó junto a la agrupación.
“A veces, uno termina el show y sigue con la rumba, otras solo quiere ir a descansar. No me acuerdo si fuimos de fiesta en Ecuador, pero lo que más me hacía falta es la comida y la gente. Los llevo siempre en el corazón”, mencionó.
Salinas (Santa Elena) fue uno de sus sitios favoritos. Quedó encantado con los paisajes y con el cariño de sus seguidores. Uno que otro le ha preguntado por qué dejó Binomio de Oro.
Y, aunque al vallenatero se le quiso 'montar' toda una trama por su salida del grupo, él aclara que únicamente se debió a su necesidad de abrirse un camino propio. “Yo quise confiar en mi talento”, explica el artista nacido en Fonseca, La Guajira.
Cuando tenía 13 años se topó con una guitarra en la casa de sus abuelos y desde ahí no ha parado de hacer música. “El vallenato es identidad. El acordeón llegó como contrabando y el folklore nació en las zonas campesinas”, relata.
Hoy, sus melodías ‘La dama Guajira’, ‘Sufre corazón’ y ‘Muere una flor’ han ganado terreno entre los amantes del vallenato y superan las 100 mil reproducciones.
Suena el acordeón
Duvan Pérez acompaña a Orlando Acosta con el acordeón y también se confiesa fan de Ecuador. Hace años tuvo una breve escala en Guayaquil, aun así aprovechó el tiempo y armó un concierto improvisado en la puerta de la terminal.
“Íbamos de Lima (Perú) a Bogotá (Colombia) con mi primo, pero en cuanto sacamos el acordeón, empezó la parranda”, narra.
A Pérez la música también le llegó de ‘peladito’, tenía 7 años cuando se encontró con el acordeón. “El mejor regalo de cumpleaños”, asegura. Hoy le hace el ‘aguante’ a los grandes del vallenato. Por el momento, viaja con Acosta.