Ese día que me arrestaron llegué en la noche, de la Unidad de Flagrancia ubicada en la avenida de Las Américas, en el norte de Guayaquil. Me senté en el sillón de la sala de mi casa y me quebré en llanto, pero nunca perdí la fe”, narra el empresario Mauricio Herrera, tras recordar aquel 9 de junio del presente año, cuando fue detenido en su domicilio ubicado en vía a la Costa por presunto delito de estafa.

Todo inició en 2018, cuando supuestamente Mauricio estafó a Darío Burbano en la venta de un vehículo BMW azul, por lo que un juez dictaminó medidas sustitutivas para el también presentador, entre ellas constaban: arresto domiciliario, uso de grillete electrónico y prohibición de salida del país.

Hoy, Herrera pone su fe por delante para justificar lo sucedido. “Dios sabe cómo hace las cosas, quizás algo malo me iba pasar en la calle y por eso decidió encerrarme. Sentí que me quiso cuidar de algo durante la pandemia”, explica Herrera, quien recalca que su familia es muy religiosa.

Sus recuerdos vuelan al momento en que ‘le dieron harto palo’. Durante el proceso, muchos conocidos le escribían para preguntarle sobre lo que estaba sucediendo, pero en ningún instante le preocupó lo que se diga de él en la palestra pública, porque, asegura, “en mi carrera, me han dado como bombo en fiesta”. Lo que sí le causó incomodidad fue el hecho de que su mamá pasaba por una situación dolorosa e incómoda.

“Me dolió ver a mi madre así, porque nunca le había ocurrido algo similar a ningún integrante en mi familia. También me dolió ver a mi esposo muy preocupado”, enfatiza.

Pese a que se convirtió en la portada de los diarios del país por su escándalo judicial, solicitó a sus abogados que se tomen el tiempo necesario para demostrar su inocencia, pues ese encierro en casa le serviría para reflexionar sobre muchos aspectos de su vida.

Fue así como el pasado 15 de julio se le retiró el arresto domiciliario, mientras que las otras medidas continúan, hasta que termine el proceso de investigación.

¡Qué le vaya bonito!

“No veo a la persona que me denunció como alguien malo; al contrario, debe tener sus rencores y problemas, pero no tengo ningún tipo de resentimiento. No le deseo el mal y espero que le vaya bien, porque no hay nada más bonito que trabajar y lograr lo que uno quiere”, afirma Mauricio.

La ‘Coronaparty’

Mauricio aseguró que lo ocurrido aquel 16 de mayo en su domicilio, en el estado de excepción, fue una grabación y no una fiesta como se especuló en medios de comunicación. Al lugar acudieron Belén ‘La Roja’, Grecia Recinos, Carolina Jaume, Sara Medina, entre otros, quienes se convirtieron en la ‘comidilla’ de los programas de farándula por varias semanas, ya que el público los tachó de “irresponsables” por celebrar en plena pandemia.

Ante esto, el presentador cuenta que “la prensa le puso ‘Coronaparty’, pero nunca fue así, ya que ninguno se contagió de COVID-19. Nos reunimos en mi casa para grabar un reality de mi canal de Youtube, también hicimos videos de TikTok y Grecia  cantó algunos de sus temas”.

Según él, nunca fue una fiesta “y nos atrevimos a pedir disculpas públicas por la presión mediática, porque nos acosaban con que habíamos hecho algo malo, pero en mi conciencia sabía que no era así”. Lo único malo que hizo, recalca, fue tratar de ganarse humildemente la ‘papa’ para su hogar, trabajando como muchos ecuatorianos.

Asegura que convocó a los chicos una semana antes y Carolina les hizo las pruebas rápidas del coronavirus a todos, para asegurarnos que ninguno estaba contagiado.

“Grabamos historias para Instagram, porque nunca pensamos que lo tomaron así” Piensa que les jugaron “una mala pasada” las páginas de farándula, “ya que nos hicieron quedar mal tergiversando toda la información” y le pusieron titulares horribles.

“No voy a negar que en horas de la tarde comimos cangrejos y la pasamos como amigos mientras grabábamos, pero no hicimos una fiesta como tal. Siempre dijimos la verdad”, sentencia.

La cuarentena

“Siento que hasta el día de hoy, muchas personas se siguen descargando en redes sociales. Pienso que la pandemia sacó en muy pocas personas su buen corazón, pero en muchas se vio la parte mala, juzgadora y perversa que tenían por dentro”, dice Mauricio.

En su caso, sin embargo, ha sido distinto, precisa el presentador, ya que con su esposo y un grupo de amigos realizaron donaciones a las familias más necesitadas durante la emergencia sanitaria.

“La gente sacó una parte mala y el ocio provocó ver qué tipo de persona eres. Somos sinceros y hubo días en los que sí nos sentimos encerrados, pero tratamos de mantener nuestros horarios habituales de sueño y dividimos las responsabilidades del hogar, evitamos ver noticia y eso nos ayudó a mantener la armonía y la salud en el hogar”, enfatizó Bryan.

Un amor, pese a todo

El amor llena la vida de Mauricio. Cuenta que le robó un beso a Bryan Bartolomé el día que lo conoció, cuando un amigo en común los presentó. Corría el año 2011. Pasó el tiempo y luego de tres meses se hicieron novios, pero no fue hasta el 4 de mayo de 2019 que decidieron casarse en Miami, Estados Unidos.

“Como en cualquier pareja, existen problemas y peleas, pero tenemos nuestras reglas para que nadie se entere, porque existe mucha gente que se alegra de lo malo que le puede pasar a uno”, detalla Bartolomé.

La pareja cuenta con un gran número de seguidores que los apoya, pero también existen homofóbicos que están en desacuerdo que las personas del mismo sexo mantengan una relación. “Con nuestra boda marcamos un precedente y justamente al mes siguiente aprobaron la Ley del Matrimonio Igualitario en Ecuador; pese a eso, nuestro sueño siempre fue casarnos en el exterior, porque la mayoría de nuestros amigos estaban en Miami”, agrega Mauricio.

Su mayor apoyo

Bryan Bartolomé, diseñador de modas, con quien Mauricio llevaba 9 años de noviazgo y ahora uno de casados, relata que cuando sucedió el problema legal trató de ser fuerte, para que su pareja tenga la entereza necesaria y pueda superar lo que estaba pasando. “Cuando llegó a casa no aguanté el nudo en la garganta y me encerré en el baño a llorar. Sabía que él era inocente, pero me dolía todo lo que sucedía”, recuerda.

Bryan explica que decidieron retirarse de las redes sociales por dos semanas, para darse un respiro de toda la agresividad que había en ellas.