Hace 35 años Jorge Laines, también conocido como Jorlain, dejó su natal Chone (Manabí) para trasladarse a Guayaquil en busca de un mejor futuro. Y fue en la 18 donde su figura artística creció entre ‘pitos’, el cariño de las prostitutas y cervezas.

No todo fue bonito. Cuando llegó al Puerto Principal no tenía ‘camello’ fijo, por lo que cantaba en buses y calles, ya que la música lo ha acompañado desde niño y quien lo acercó a ella fue su padre Segundo, quien lo rodeaba con sus cánticos en su casa.

Pero la primera oferta de trabajo formal que encontró fue como administrador y mesero de un local de comidas y cervezas en la calle 18, en el popular barrio de tolerancia. Entró ‘palanqueado’, pues el salón era propiedad de un primo.

Jorlain, de 50 años, cuenta que el ambiente de la 18 le sirvió para componer algunas de sus letras, tales como ‘Olvídate de mí’ y ‘Por ella’. La traición e historias de amor y desamor lo inspiraron.

Con una sonrisa rememora que en una presentación lo confundieron con el cantante argentino Leonardo Favio (fallecido), a quien imita desde que los 10 años. Los clientes le pidieron autógrafos y fotos.

Asimismo recuerda la vez en la cual un borracho casi se lo ‘suena’ con una botella, todo por hacerse respetar. Lo que más presenciaba Jorlain en el negocio eran riñas entre gente ‘pluta’.

También afirma con ligera modestia que él era un imán para las ‘peladas’, quienes se le botaban de una, sobre todo cuando descubrieron que era un artista, pero señala que él solo llegaba hasta el coqueteo.

Cuchillo por acomedido

Y es que por ser determinante y valiente le han pasado algunas... Confiesa que en 2015 viajaba en su moto por el Mercado Central y en su recorrido vio como un hombre golpeaba a una mujer. No pudo contenerse y se bajó a defenderla.

El cantante desconocía que el agresor portaba un arma cortopunzante, la cual sacó y se la clavó en su cabeza. Aquella herida lo llevó al hospital.

Esta experiencia lo marcó de manera literal, y le sirvió para componer la letra de su tema ‘El cuchillo’, el cual fue subido hace un año a YouTube y ya cuenta son 14K. Este habla sobre el femicidio y recrea su vivencia. “Siempre he respetado a la mujer y todos debemos hacerlo. Antes de golpearlas debemos recordar que salimos de una madre”, lo dice de manera tajante, como un cuchillo.

Otro escenario, la seguridad

Por la muerte de su primo (2011), el dueño del local de la 18, se cerró el salón y Jorlain se quedó sin empleo. Por un año vivió solo de presentaciones, serenatas, etcétera. Pero hace ocho halló trabajo como guardia. Él no le saca cuerpo al ‘camello’, todo con tal de llevar ‘jama’ a su casa.

Jorlain tiene la voz modulada por el canto, similar al tono de los radiodifusores, y entre risas dice que lo es, que incluso sus compañeros lo identifican por su timbre y en ocasiones lo llaman 'el locutor'.

Él es un hombre de anécdotas y en su actual trabajo confiesa que pese a ser alegre y amigable tiene su temperamento fuerte que lo saca a relucir cuando las cosas se ponen ‘chuecas’.  Confiesa que de tener un poder, le gustaría parar la corrupción, el coronavirus, el desempleo y el femicidio, males que han afectado al país, considera. 

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