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Allan y Carolina formaron un hogar hace aproximadamente siete años.Archivo

Carolina Jaume y Allan Zenck, una guerra sin fin

Carolina Jaume y Allan Zenck en las redes sociales se sacan los ‘trapitos sucios’. Los expertos los envían a recibir terapia de manera urgente

A terapia y de manera urgente. Eso es lo que aconsejan los expertos sobre Carolina Jaume y Allan Zenck, advirtiendo que ambos necesitan equilibrar y sanar esa relación nociva y tóxica que hay entre ellos.

Durante meses los exesposos vienen manteniendo ‘un fuego cruzado’ sin tregua. La noche del viernes pasado tuvieron el peor de los enfrentamientos cuando ella publicó en sus historias de Instagram que él la invitó a la playa, pero que no aceptó debido a que su ex ya tiene otra pareja.

Dimes y diretes

Entonces Zenck explotó y llegó el contraataque por la misma vía para desmentirla. Subió unos supuestos chats donde ella le decía que lo amaba, le pedía que volviera y que por él estaría dispuesta a renunciar a su carrera.

“Quiero estar presa o muerta, te pido lo que te pido, no sonrío, no tengo ganas de nada, no soy feliz”, se lee en la publicación. Supuestamente eso lo decía ella.

Mucho dolor

La psicóloga clínica Anabelle Arcos considera que en esta relación cada uno está demasiado herido.

“Todo eso es lo que conlleva una separación a términos no sanos y nocivos para ellos como personas y para su entorno”, explica.

Los mensajes de Zenck estuvieron acompañados de una aclaración para “desenmascararla”.

“Ya estás al descubierto y hoy se te cayó la máscara”, indicó.

La respuesta de la presentadora fue inmediata y en un vídeo dijo que esos chats eran antiguos.

“Tienes que subir mensajes viejísimos para justificar tus mentiras”, explicó.

Después, dijo que para ella “el tema muere ahí”.

Todo está en la Fiscalía, sabes muy bien los problemas que tienes de violencia doméstica y por los cuales puedes ir a la cárcel”, cerró Jaume.

Amor y respeto

La magíster y psicoterapeuta Andrea Sánchez cree que donde hubo amor debe haber respeto.

“En este caso se trata de dos figuras públicas que deben tener inteligencia emocional y que definitivamente ninguno de los dos posee”, señala.

A ello, agrega, que se suma un cuadro de depresión que Carolina arrastra desde hace mucho tiempo.

“Eso es bastante desfavorable porque no la sabe controlar y hace que pierda el equilibrio de sus emociones”, explica.

Cuando se le da el control emocional a otro, para que sea quien lo impulse y lo motive, este lo hace a su antojo, “porque es una parte inconsciente del cerebro, que arrastra a sucumbir a bajas pasiones, salta la ira, el descontrol, el maltrato, la vulgaridad, la mala expresión, los insultos”, agrega.

Las especialistas consideran que es necesario acudir a terapia.

“Deben asistir a terapia para poder equilibrar y sanar esa relación. Y si se termina, hacerlo en buenos términos”, señala Sánchez.

Arcos dice que no solo se trata de ellos, sino de la familia. “Es recomendable que cada cual pueda poner un pare a esta situación que se les fue de las manos, hacer una mea culpa y que cada quien busque ayuda profesional. Si no, es una bomba expansiva que cada día será peor y el único afectado será su hijo”, finaliza.

Otras opiniones

Soraya Guerrero: ”Ambos están dolidos y todavía se aman”

“Creo que su sentimiento de amor aún sigue latiendo y no saben cómo manejar su frustración. Eso los lleva a que terminen agrediéndose, porque uno se quiere imponer al otro. Al final, solo pierde el niño y es lamentable. Aquí lo que vemos es el comportamiento inmaduro e irresponsable de ambos. Ninguno quiere ceder y le dan paso a los cuestionamientos y las acusaciones”.

Pastora Doménica Guerrero: “Es importante que pongan a Dios de por medio”

La pastora evangélica considera que las parejas que se encuentren en este tipo de situación necesitan poner a Dios en sus vidas.

“Para que puedan sanar sus corazones es necesario que Dios esté de por medio. El perdón no se lo da a quien lo merece, sino a quien no lo merece y ese perdón solo viene de Dios. Esto no es de la noche a la mañana, sino que se requiere de un proceso. Un matrimonio que se ha lastimado tanto, con tantas heridas de por medio, necesita un proceso de sanidad, de voluntad y fe. Requiere también de personas que estén dispuestas a ayudarlos”.