El estadio Rodrigo Paz será la noche de este martes 29 de diciembre el escenario de la coronación del campeón de la LigaPro. Liga de Quito y Barcelona, tras el empate 1-1 en Guayaquil, llegan con todo por definir en Quito, donde deberán plasmar sus mejores versiones para alcanzar el título nacional.

Los albos van con el empuje de jugar en casa, en una cancha rápida y donde no han perdido ante los toreros por 22 años. Los amarillos, por su parte, apuntan a dar el golpe y ganar la estrella 16 con el plus de terminar con la ‘maldición’ que llevan en Casa Blanca.

Un empate llevará a la definición desde el punto penal, lo que sería el ingrediente que le falta a estas finales, y que le daría más dramatismo.

Polo Carrera, exjugador de los albos y que como técnico, en 1990, alcanzó al título ante Barcelona, manifestó que Liga de Quito es el favorito. “Viene atravesando un buen momento y lo reflejó en el partido en Guayaquil. Eso da seguridad de cara a la gran final y para ser el favorito al título”.

Agregó que “Liga es un equipo de finales. Cuenta con el mejor medio campo de la LigaPro y con gran poder ofensivo con Johan Julio y Martínez Borja, que están en racha. Esto será clave ante un equipo que se va a replegar, Liga debe manejar el partido y rematar en el segundo tiempo cuando sienten la altura los equipos que llegan del llano”. Añadió que “Barcelona no se siente tranquilo ni cómodo cuando juega en Casa Blanca y eso hace que baje su rendimiento. Es un karma que siente mucho”.

También calificó de especial vencer en una definición del título a los toreros, ya que “siempre hay que ganarle a los mejores equipos”.

CONFÍA EN EL ÍDOLO

Pese a que Liga de Quito tiene la ventaja de cerrar la final en su estadio, el exdelantero Narciso Mina cree que el Ídolo tiene como fortaleza principal la solidez defensiva. “Barcelona ha sido un equipo que se ha hecho muy fuerte en marca. Pocos equipos le han podido ganar en el año (apenas ha perdido cuatro duelos). Fabián Bustos ha trabajado bien en ese sentido y creo que, para esta final, se preocuparán mucho en defenderse”, sostuvo Mina.

El exatacante de toreros y albos acotó que otra de las fortalezas que tiene el cuadro amarillo pasa por el juego de Damián Díaz.

“Díaz sigue siendo ese jugador desequilibrante, difícil de marcar. Este tipo de partidos son los que le gustan a él. Puede que durante parte del encuentro tenga mucha presión del rival, pero en un descuido te lanza un pase filtrado, que puede terminar en gol. Si Díaz tiene una buena noche, Barcelona puede estar dando la sorpresa”.

Sobre el rendimiento físico de los amarillos, aseguró que en esta clase de encuentros no se toma en consideración esto, pues “gana quien haga mejor las cosas”.

“En este tipo de partidos ya no hay cansancio, los jugadores se olvidan si están en la altura o en el llano. Creo que los jugadores de Barcelona saldrán motivados, no solo porque pueden alcanzar un nuevo título, sino también porque acabarían con el ‘maleficio’ de no ganar nunca en Casa Blanca”.

ALTURA NO ES VENTAJA

El deportólogo Óscar Concha efectuó un análisis de las condiciones en las que se disputará la final.

Sobre los 2.800 metros de altura de la capital señaló que “este factor existe e influye en la fisiología del rendimiento. Existe un 11% de disminución del rendimiento físico por un menor consumo de oxígeno. Sin embargo, un equipo como Barcelona a lo largo del campeonato ha subido varias veces a la altura y sus jugadores van desarrollando mecanismo de adaptación”.

El especialista resaltó que “la altitud no es un factor determinante para conseguir un resultado deportivo. Hay factores técnicos, tácticos, individuales y colectivos que son a la final más importantes”. También se refirió al hecho de disputar el encuentro en la noche, para lo cual está seguro que los dos equipos cambiaron sus horarios de entrenamiento y comidas.

Sobre las bajas temperaturas que se están presentando en Quito indicó que “el frío es mucho más controlable que el calor, utilizando la ropa adecuada” y acotó que otro aspecto a considerar es la ansiedad de los protagonistas ante lo cual “los jugadores de experiencia deben transformar esa presión en motivación para el resto de compañeros”.