A Jhonatan Narváez le gusta tener un perfil bajo, pese a que ya cumple su cuarto año en el Ineos Grenadiers, uno de los equipos más importantes del World Tour. Este tiempo en la élite del ciclismo le ha ayudado a madurar y para ser bien valorado en la formación británica que apostó por su talento cuando tenía 20 años. Destaca de su equipo la atención hasta el mínimo detalle y el gran trabajo que realizan con los corredores.

En lo que va de la temporada, el Lagarto ha dado pelea en varias competencias en Europa, donde se ha convertido en un especialista en las denominadas Clásicas, y apunta a poner su nombre entre los elegidos para el Tour de Francia. “El cupo del Tour es muy difícil ganarlo, veremos, estoy trabajando duro para lograrlo”, comentó Narváez.

A la par de su preparación y competencias en Europa, Jhonatan apoya a la formación de nuevos talentos en el país, con el equipo que lleva su nombre. Ha dado unos primeros pasos consiguiendo los recursos para que los pedalistas, entre los que resalta Elvis Cotacachi, pueden ser parte de varias carreras, y cuenten con la movilización y alimentación.

El siguiente escalón del Team Jhonatan Narváez es encontrar auspiciantes que se sumen a este proyecto para poder dotar de equipos y un pago a los deportistas.

“El ciclismo es un deporte muy caro. Los chicos deben contar con su propia bicicleta, es difícil, sin embargo han salido adelante. Esperamos poder encontrar más empresas que nos ayuden a cumplir los sueños de estos chicos”, analizó el Lagarto.

SE QUEDÓ CON LAS GANAS

Por un cruce con una competencia prevista en Europa, Narváez no pudo ser parte del Campeonato Nacional de ciclismo de ruta, lo que le dejó esa ‘espinita’. “Fue cerca de mi casa, mi familia y mis amigos me hubieran podido alentar, en un recorrido que me venía muy bien, pero por algo se dan las cosas”, reflexionó.

También recordó su participación en Tokio, donde fue clave para que Richard Carapaz consiga la medalla de oro. Contó que el ofrecimiento de un reconocimiento económico de parte de las autoridades, nunca llegó, pero que se queda “con el hecho que estuve en la cita olímpica, que colaboré para un logro histórico y eso es lo más bonito”.

Tiene en la mira a París 2024, donde espera poder demostrar que la presea obtenida en Tokio no fue casualidad y que en el país hay gran talento en este deporte.

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