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Hincha de Barcelona SC tuvo su funeral soñado: ataúd amarillo, cura torero y cantos
Todo lo que pidió Eduardo Campuzano para su último adiós su familia se lo cumplió. Fue despedido con los colores de su equipo del alma
Desde los 12 años, Eduardo Campuzano Pérez vivió con un solo color en el corazón: el amarillo de Barcelona. No importaba el día ni la ocasión, siempre llevaba algo que lo identificara con su equipo: camisetas, chompas, zapatos, pañuelos, medias e incluso calzoncillos con los colores del Ídolo.
Su amor por el club quedó inmortalizado en una entrevista con el diario EXTRA el 19 de septiembre de 2021. Entonces, expresó un último deseo: “Cuando Dios me llame a su lado, quiero que mi ataúd sea amarillo. Que nadie llore, mejor pongan las canciones de mi Barcelona”.
El lunes 27 de enero de 2025, Campuzano tenía todo listo para la Noche Amarilla: una pantalla gigante y seco de pollo para compartir con los chicos de La Guangala. Pero el destino cambió sus planes. Un día después, su corazón se detuvo para siempre.
Un velorio con todo lo de Barcelona SC como el quería
Sus últimas palabras fueron arriba Barcelona SC
Sus hermanos aún guardan el último mensaje que envió al chat familiar el lunes anterior: “Arriba Barcelona”.
Luego un infarto lo sorprendió cuando estaba durmiendo en su dormitorio, donde lo encontraron sus allegados al no contestar las llamadas.
El colorido velorio que tuvo con los colores de Barcelona
El ataúd amarillo reposaba en la sala de su casa, rodeado de recuerdos de su gran pasión. En su cuarto, las sábanas, cortinas y ropa reflejaban su amor inquebrantable por el club. A un costado, la campana de metal que tantas veces sonó en sus celebraciones quedó en silencio, sin poder gritar otro gol de Barcelona.
“Solo cumplimos lo que él quería”, dice su hermano Pedro, mientras en la puerta de la villa una gigantografía del Ídolo daba la bienvenida a los dolientes. La carpa del velorio también era amarilla, y las camisetas del equipo colgaban como testigos de su devoción.
Por problemas cardíacos, los médicos le prohibieron ir al estadio, pero eso no le impidió vivir cada partido con intensidad. En su barrio, rodeado de amigos barcelonistas, vibraba con cada encuentro.
Hasta el cura era de la Sur Oscura y la barra cantaba
Su hermana María lo recuerda con cariño, mientras muestra sus zapatos amarillos. De fondo, los cánticos de “Dale, dale, Barcelona” transformaban el velorio en una escena digna del Monumental.
Pero Eduardo jamás imaginó que su misa la oficiaría el padre Wilson Malavé, conocido como ‘el cura barcelonista’, quien toca el bombo en la barra Sur Oscura. Mientras él dirigía la ceremonia, la barra entonaba canciones en su honor.
“Es un sepelio diferente, pero así lo pidió mi tío Nunca conocí a alguien tan fiel a Barcelona como él”, dice Tito Zambrano, su sobrino.