La tarde del sábado 7 de septiembre, la selección ecuatoriana llegó a Quito tras la caída por 1-0 ante Brasil, en Curitiba, y con la mirada centrada en el duelo del martes 10 ante Perú, en el estadio Rodrigo Paz Delgado.

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Un bus esperó a la delegación nacional dentro de la pista del aeropuerto Mariscal Sucre para que salgan directo hacia la Casa de la Selección, donde tenían previsto descansar y desde el domingo 8 retomar los entrenamientos de cara al duelo ante los incas.

Los tricolores llegaron serios tras el largo desplazamiento y con la frustración de no haber podido sumar en la visita ante una Canarinha, que no tiene el juego contundente y dominador de anteriores eliminatorias.

Al técnico Sebastián Beccacece le toca buscar las variantes para conseguir mayor fuerza en el ataque con el objetivo de mantener el buen paso de la Tri como local en el camino al Mundial de 2026, donde suma dos triunfos y un empate.

La buena noticia para el entrenador es el regreso de Angelo Preciado, con lo que ganaría proyección ofensiva en el lateral derecho. Su lugar en la caída por 1-0 ante Brasil lo ocupó el volante Alan Franco, quien cumplió bien las labores de marca y se animó en algunas ocasiones en aportar con desplazamientos al ataque.

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