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Historias de la vida real de nuestro fútbol.Archivo

¡Concentración de mentira! (La columna de la ex)

Historias contadas por ex mujeres de jugadores ecuatorianos. Verdades que duelen. 

Chicas, no crean en todas “las concentraciones” que se hacen en el fútbol.

Lo mío fue para llorar, pero la culpa es que en los comienzos de los años 2000, las redes sociales no estaban de moda.

Recuerdo aquel partido, fue un domingo en la tarde, el equipo de él había ganado a uno de Quito. Llegó a la casa y me dijo: “Hemos ganado, jugué 80 minutos, me sacaron, pero como el equipo está bien en la tabla el profe nos dijo que tenemos que estar concentrados hasta el próximo encuentro”. La verdad que le creí.

Mi “amorcito” me explicó que los directivos no querían que los chicos se desconcentren.

Llegó el lunes y él salió de la casa, se llevó siete interiores, es lo que me sorprendió de toda la maleta que hizo, camisetas solo dos.

Se fue a la “concentración” desde aquel lunes y volví a saber de él por la radio, cuando estaba jugando el otro domingo.

Creía que todo sacrificio servía por el bien de todos.

Él regresó a la casa después del partido, las sospechas eran raras, los interiores que había llevado estaban lavados y el olor del detergente no era el mismo que se usaba en la casa.

Al otro día fui al sitio de concentración, me puse gafas, ropa ancha de una amiga, a escondidas esperé en aquella tienda de la esquina donde entrenaban, y le di ‘cacería’ a uno de los utileros y solo le pregunté cuándo se iban a volver a concentrar toda la semana, como lo habían hecho días anteriores.

La sorpresa de mi vida, eso no era verdad, “mi amorcito” estaba en otra concentración.

Llegué a casa y le reclamé, y me dijo que sí se había ido a concentrar, pero a la casa del entrenador. Eso era mentira. Yo supe la verdad de todo, pero él toda la vida mintió.