Gustavo Alfaro era el segundo en la lista de entrenadores que estaban en la mira, cuando le ofrecieron el proyecto dijo sí de una. Han pasado 50 (15/10/20)  días desde que aceptó y ya disfruta de lo que es dirigir Ecuador.

La goleada ante Uruguay permite soñar e ilusionar a un país que adora el fútbol, porque este deporte lo hace olvidar de las penas, las deudas y todo lo malo.

Alfaro tiene buen verbo, su mensaje es claro, siempre motivador, ideal para el jugador ecuatoriano que tiene que estar hablándole para que no baje los brazos.

Ahora con tres puntos en el bolsillo, el entrenador saca sus conclusiones, pero con los pies sobre la tierra: “Hay un montón de cosas para mejorar y corregir. Hay que achicar el margen de error y el tiempo es excesivo. Para mí fue clave desde el primer día la predisposición de los jugadores”, expresó Alfaro, y tiene razón, porque a los que le dijeron que no querían venir los dejó que sigan ‘paseando’ y llamó a una camada de jugadores que tiene hambre de gloria.

Desde el segundo gol, Alfaro comenzó a vivir el partido como un hincha ecuatoriano más, su festejo lo evidenció todo, como dicen en las esquinas “al man se le pegó la piel”.

“Estoy orgulloso de este equipo y puedo decirle a la gente que se quede tranquila, porque estos jugadores están comprometidos con el país. Como dice el lema: Somos 17 millones de ecuatorianos entrenando a la Tri”, mencionó Alfaro.

El argentino dijo que en las dos primeras fechas de eliminatorias sabía como debía jugar de visitante y de local. Es por eso que en el estadio Rodrigo Paz fue ofensivo, a pesar de que se tenía la duda sobre su fútbol defensivo: “Mi idea fue ubicar a cuatro jugadores adaptados a la altura en una zona donde para mí se iba a definir el partido, por eso estaban Ángel Mena, Romario Ibarra, Michael Estrada y Moisés Caicedo, el objetivo era rodearlos de los que estén habituados a la velocidad, al tiempo de la pelota en la altura, a los cambios de ritmo”.

Sobre el juego de nuestros ofensivos, como Ángel Mena y Romario Ibarra, comentó: “Entendíamos que la resolución del partido estaba en meter velocidad y tener la precisión de poner la pelota a las espaldas de los volantes centrales de ellos. Por suerte lo pudieron hacer. Dejar a Énner Valencia totalmente en una posición de ataque, juntándose con Estrada para trabajar a las espaldas de Rodrigo Bentancur, sumando a esto a dos laterales que tienen una condición atlética impresionante, hablamos de Ángelo Preciado y Pervis Estupiñán”.

JUVENTUD E ILUSIÓN

La selección de Alfaro tiene juventud y eso es lo que más ilusiona al país, esto es producto del trabajo que hizo Jorge Célico en la sub-20, campeona su-damericana y tercera en el Mundial de Polonia 2019.

“Es una generación de jóvenes muy importantes, por eso desde que tuve la ocasión de estar con ellos traté de transmitirles mi pensamiento, sentimientos e ilusión, la misma que ellos tenían para formar esa sociedad paciente, competitiva e irnos para arriba”, cerró el ‘profe’.