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Jamás pensó que moriría producto de la enfermedad.Álex Lima / GRANASA

Wendy Rosillo: “El cáncer me ayudó a descubrir otras cosas”

Diez meses después de que le detectaran la enfermedad, muchos aspectos han cambiado en su vida, de lo que hablará en un podcast este 6 de abril

A mediados del año pasado una noticia desalentadora tomó por sorpresa a la comunicadora Wendy Rosillo, pero no la doblegó. Le detectaron cáncer subungueal que estaba alojado dentro de la uña del dedo gordo del pie derecho, cuya primera falange le fue amputada.

Pasó un mes hospitalizada en Houston, Estados Unidos, donde además le extirparon dos ganglios para confirmar que el melanoma no se haya regado en otras áreas del cuerpo.

Ese tipo de cáncer tiene una alta tasa de mortalidad, porque se riega fácilmente si no se lo detecta a tiempo, ya que no hay síntomas.

Mientras relata ese episodio que le dio un vuelco entero a su vida, la comunicadora solo atina a decir: “¡Me salvé!”.

Diez meses después, Wendy está en remisión. Ha cambiado su modo de ver la vida. Ha trascendido. Cada cuatro meses debe viajar para un chequeo de rutina a la espera de que el cáncer no haya regresado.

Qué sientes cada vez que regresas al hospital, piensas, ruegas...

No, porque realmente el cáncer llega en un momento de mi vida donde ya pasé por todo un proceso de aprendizaje personal súper grande. Si me hubiese llegado hace 15 años no sé cómo lo hubiese tomado, era otra Wendy, totalmente distinta.

¿Cómo era la Wendy anterior, en qué ha cambiado?

Era muy organizada, sin capacidad para enfrentarse a la incertidumbre, era algo que me movía el piso. Todo empieza en el 2008 cuando me divorcio e incautan el canal TC, donde laboré por muchos años. Siempre he sido una persona que ha seguido todas las reglas, me gradué en el 94 y en el 95 empezó mi carrera, nunca paré. Siempre estuve organizada, siempre tuve todo bajo control.

"Cualquier cosa donde necesite apoyar o mover el dedo del pie se me complica. Me cuesta, me duele, no puedo hacerlo”.

Y si hubiese llegado esto en otra época.

Creo que no lo hubiera soportado. El divorcio y la incautación del canal me destruyeron. Llegó un momento en que vi a todos lados y era oscuro. Me hacía muchas preguntas: por qué a mí, si soy una buena persona, si no le hago daño a nadie; por qué, qué hice, en qué fallé. Me cuestionaba. Como si fuese un castigo o la vida fuese un constante sufrimiento. Siempre he sido espiritual, religiosa. Soy una mujer de mucho servicio.

¿Cómo tomaste la llegada del cáncer?

Había hecho cursos y terapias espirituales que te descubren, una de ellas era dejarme ayudar y recibir para aprender a dar. La enfermedad me cogió papelito, por eso digo que el cáncer me ayudó a descubrir otras cosas, como la vulnerabilidad. Siempre fui muy cerrada, y esa era mi personalidad, no me gustaba que nadie vea mis líos. Lo entendí con el cáncer.

¿Qué fue lo más duro en ese momento?

Mirando al cielo, lo único que dije es ya entendí, me voy a dejar ayudar, esto es para que aprenda y lo voy a hacer. Me abrí. Era el momento de ser vulnerable, cuando decidí hablar en mis redes fue maravilloso. Lo puse en Instagram. Luego le entregué mi casa y mis hijos a mi hermana para poder irme y encargarme de mí. La Wendy controladora tiene que terminar de irse y me fui sola. Solté.

¿Pensaste que podías morir?

Ni siquiera lo pensé. El melanoma es grave y dije OK. Todo lo que he aprendido y que me da el yoga es a observarme, a ver las cosas que pasan alrededor y tratar de que no me rompa, y no quería estar ahí.

Actualmente cómo está tu pie. ¿Puedes caminar o se te dificulta?

Camino bien. Puedo correr, pero no puedo hacer ciertos movimientos de yoga o saltos hacia atrás. Cualquier cosa donde necesite apoyar o mover el dedo del pie se me complica. Me cuesta, me duele, no puedo hacerlo, para ello necesito virar el pie y poder ubicarlo. Voy a mi ritmo, hago yoga en mi casa, me estoy autodescubriendo. Decidí patinar, volví a hacerlo, pero me causa mucho dolor.

¿Estás en rehabilitación?

Estoy haciendo rehabilitación para poder fortalecer mis músculos. Por más que pensaba que estaba haciéndolo bien, tenía dolores en la cadera.

Apliques para su dedo

Algo que te haya quitado la enfermedad, tal vez usar zapatos de taco.

No puedo..., bueno sí..., aunque me duele, pero trato de andar con zapatos bajos y cerrados. Soy vanidosa, el taco me fascina, abres mi clóset y todos mis zapatos altos son abiertos.

¿Qué hiciste con todo ese calzado?

Ahí están. Cuando necesito ponérmelos, uso los de taco ancho o sino flats cerradas. Ya no uso nada abierto.

¿Es cierto que nadie te ha visto el dedo?

No, nadie. Llamé a mi esposo, a mi mejor amiga y a mi hijo mayor, solo a ellos les dije que me iban a cortar el dedo y no dije nada más. Necesitaba asimilar esta noticia. No sabía a lo que me enfrentaba. A mi regreso les dije a todos que me lo habían amputado. La operación duró más de 12 horas. No sabía a lo que me iba a enfrentar.

Nunca deja ver su dedo amputado, que cubre con coloridos apliques.Cortesía

Cuando vas a la playa usas zapatillas y lo cubres con pequeños tocados de tela, brillo y apliques.

Para ir a la playa me mandé a hacer algo para mi dedo. ¡Estoy viva! En el Instagram vi a una persona que hacía arreglos de ropa, la contacté y ella me hizo unos cobertores con apliques de brillos. ¿Por qué voy a estar con mi dedo feo?

Trascender, el podcast

Este 6 abril lanzará el podcast Trascender con Wendy Rosillo, un espacio informativo de autoayuda o espiritual que no tiene nada que ver con lo religioso. Este proyecto digital vio la luz en el 2020, aunque fue creado por la periodista hace unos seis años; sin embargo, lo dejó en ‘stand by’, ya que la producción que incluía video le resultó onerosa. Por eso en la época de la pandemia resolvió lanzarlo como un podcast.

“Le toqué la puerta a Rafael Cuesta y se lo propuse. Lo chévere del podcast que saldrá en la web de TC es que lo escuchas donde sea y te nutres de información. Va con entrevista y un video sencillo. Gracias al dedo y a la meditación están los temas de los que voy a hablar. Lo que he vivido y comprobado. Mis entrevistas no van por el tema de moda, sino por lo que he sufrido, solucionado y comprobado”, explica Wendy.

Su hijo especial

Madre de tres hijos (21, 17 y 3 años), la periodista confiesa que nunca ha querido abordar el tema de uno de ellos, Víctor Hugo, quien pese a su 78% de discapacidad visual, despunta como un artista pictórico. El mayor de los hijos de Wendy nació con cataratas y una condición de baja visión. Estudia pintura y dibujo en la universidad de Canadá, y sus trabajos han sido aplaudidos por sus maestros. Los médicos se sorprenden de su habilidad, algo que, según dicen, es improbable para alguien con su condición.

“Casi no ve. Hasta el día de hoy no se sabe la razón. No sabía lo que veía. Lo llevamos a la clínica de ojos Barraquer de España, lograron operarlo y cada cierto tiempo tiene que ir a chequeo, fue difícil vivir con un niño con el que no sabías cómo veía”, explica Rosillo.

Lo inscribió en la escuelita municipal para no videntes, de la que dice “es la mejor del mundo y tiene los mejores profesores del mundo”. En esa entidad ambos recibieron mucho apoyo.