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Buena Vida
Pabel Muñoz: “En política hay show de por medio”
El alcalde electo de la capital no es bueno para el canto, fue bartender en una salsoteca y quiso ser futbolista
E l alcalde electo de Quito se ha desempeñado a lo largo de su vida como sociólogo, académico y político. Hoy lo invitamos a que responda El Cuestionario. Para esta entrevista nos encontramos en el bar El Santo que da Marido.
¿A quién invitaría a este lugar?
(Risas) Esto de conseguir mujer, conseguir marido, ya es un poco extemporáneo, así que cualquiera puede venir.
¿A alguna compañera militante le diría que venga acá?
No soy de fomentar el matrimonio (sonríe), soy más bien partidario de lo que la gente quiera hacer con su vida.
¿Qué quería ser de niño?
Futbolista, sí le hacía al ‘peloteo’. De ‘pelado’ jugaba más en la media y en la delantera. Va pasando el tiempo y uno termina de back centro.
¿Siempre fue un rebelde con causa?
Sí, con causas justas, es como me definiría.
¿De aquellos que se iban contra el ‘establishment’?
En cierta medida sí. Estuve en el Spellman, un colegio salesiano, y claro, los parámetros de disciplina eran estrictos. No nos dejaban, por ejemplo, usar el pelo largo y a mí me gustaba. Así que apenas me gradué lo llevé así en la universidad por mucho tiempo, hasta cuando fui profesor. Son cositas con las que uno escapa del ‘establishment’.
Cuando le dijeron que formaba parte de la rebelión de los forajidos, ¿cómo lo tomó?
Muy bien, porque de alguna manera estuve en el proceso que impulsó eso. Fue una de las dinámicas más interesantes, no solo de activación social, sino de discusión política en Quito. Terminó en ese momento con la salida de Lucio Gutiérrez. Lo más importante es que empezó a generar un ambiente de debate de lo que después fue la Constitución de Montecristi.
¿Y a usted se le han rebelado?
También, claro.
¿Qué pasa cuando eso sucede, ¿cómo actúa?
Tengo que combinar entre la disciplina y la rebelión. Tengo una hija de 14 años, una mujer decidida que tiene su carácter. Así que a ratos tengo que fomentar la disciplina, que es importante. Sin embargo también me encanta, aunque no se lo digo, cuando critica lo establecido.
¿Y quién revolucionó su vida?
Muchas personas. Soy alguien que lee, la lectura revolucionó mi vida. En la música, hay también varios autores y grupos que han revolucionado mi vida. Y, bueno, mis padres, mis abuelos, mi abuela materna, con quien tuve una estupenda relación.
¿Mamá Michita?
Claro, ¿sabías de ella?
Por supuesto. Oiga, ¿y en su casa es de los que protesta si la sopa no está caliente o el cuadro está chueco? ¿O se relaja como el mango?
No soy de protestar, tengo un carácter tranquilo. Soy de buscar consensos, pero como decimos: cuando tengo que pararme bien, soy bien parado.
De hecho, usted dijo hace poco que Quito está en la lona. ¿Qué es lo primero que hará el día que asuma la Alcaldía como algo imprescindible y urgente?
Ayudar al Gobierno, que no está asumiendo su competencia en el tema de seguridad. Luego el trabajo, que disminuye la pobreza y aumenta la calidad de vida. Con eso se combate la delincuencia. Hay que activar un sistema de movilidad moderno y protección social para familias que la necesiten. Hay que volver a creer que vivimos en la ciudad más linda del mundo.
¿Desempolvaría a don Evaristo?
Claro que sí, es un referente que, como otros, hay que rescatar en su dimensión histórica.
¿Lo más gracioso que han dicho de usted?
PabelPoint (risas). He sido técnico y algunas de las veces que me tocó hacer las primeras presentaciones de gabinete con el presidente Correa las hacía en PowerPoint. Él también me decía Marco Antonio Solís.
¿Se manda también sus canciones como El Buki?
De vez en cuando, pero no soy bueno cantando. Necesito entrar más en confianza para hacerlo.
¿Y qué es lo más absurdo que han dicho de usted?
Que soy dueño del hotel Quito. La gente a veces se inventa cosas.
Usted dice que vibra junto al pueblo. ¿Y qué lo hace vibrar?
Mis hijos.
¿Conciliador?
Sí, prefiero privilegiar los momentos de encuentros antes que los desencuentros.
¿Se ha tomado sus traguitos con políticos de otras tendencias?
Alguna vez, sí. No son mis panas, así que dos o tres y punto, pero sí soy de compartir. Creo que en la política hay mucho show de por medio... lo que ve la gente en la televisión en broncas y debates acalorados, pero cuando se apagan las cámaras somos personas que compartimos un espacio laboral en el cual se saluda y se conversa.
¿Qué es lo esencial para usted?
La justicia, la igualdad, el amor, los valores.
¿Lo urgente y necesario?
Mejorar las condiciones de vida de los quiteño.
- PING PONG
¿Mamá Michita?
Un amor brutal. La representación de las mujeres como las locomotoras en nuestras vidas.
¿Doña Morayma?
Mi mamá, el amor de mi vida, al igual que mi padre.
¿Empanadas de morocho?
Con ajicito, una maravilla.
¿Bartender?
En algún momento, en alguna salsoteca, Seseribó. Le hacía a la salsa y la bailaba.
¿Bad Bunny?
Me gusta el último disco por influencia de mi hija. Lo anterior no. Soy selectivo con el reguetón.
¿Le cuesta madrugar?
Duermo poco. En mi época de universitario, mis horas más productivas eran en la madrugada.