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Psicología

Tanto hombres como mujeres pueden no desear tener descendencia.Pixabay

Hablen a tiempo, evítense líos

Amas a tu pareja, pero esta no desea tener hijos y tú sí. Es complicado seguir en una relación cuando se tienen proyectos de vida distintos. Conversa, analiza y decide

El nacimiento de un bebé puede ser la mayor dicha para un hogar que lo desea. De igual manera hay parejas felices sin descendencia, pues decidieron que la procreación no es parte de su plan.

Pero... ¿qué pasa si usted quiere hijos y su conviviente no? La psicóloga y terapeuta Verónica Fonseca indica que esta inconformidad debe ser tratada. “Empiece por una escucha activa. Te oigo y tú a mí para asentir por amor tu proyecto de vida conjuntamente con el mío y forjarlo como uno, venciendo esquemas mentales, generacionales, miedos, frustraciones”, dice la experta.

Las razones de no desearlos son múltiples, afirma la psicóloga clínica y terapeuta Lady Rojas, quien menciona las más comunes: Se tiene miedo a fallar porque sus padres no fueron el mejor ejemplo. Las experiencias de su niñez determinarán las decisiones y la percepción en la adultez (violencia intrafamiliar, ausencia de una o ambas figuras paternas).

También puede ser por la diferencia de edad entre la pareja. Se tiene hijos en otra relación y mantenerlos le representa financieramente. Volver a la etapa de crianza es no disfrutar de su libertad; incluso en la parte sexual, un niño demanda tiempo y atención.

“Podrían intervenir signos de un trastorno narcisista, el sujeto desea atención exclusiva para él. Hay mujeres que no quieren experimentar el dolor del parto ni pasar por cambios estéticos en su cuerpo, entre otros”, sostiene la especialista.

¡Fregado que cambie!

La probabilidad de una ruptura es muy alta, aunque exista amor entre ambos. “Cuando ya se ha establecido algo como parte de su vida, muy difícilmente pueden cambiarle de parecer. Tiene que ver con la personalidad, carácter, percepción de la vida de cada uno como ser individual”, manifiesta Rojas. 

EXTRATIPS

    • Sondea desde el principio. Puedes ir tanteando desde que son enamorados. Entre chistes, juegos y proyecciones puedes obtener respuestas, las mismas que suelen ser evadidas para no romper con el episodio del enamoramiento y se piensa que luego el otro cambiará de opinión. Estos indicadores son la luz amarilla del semáforo que te servirá para decidir si continuar con tu pareja o no.
    • No le cuentes a otros, primero habla con tu pareja. Que no se entere de tu deseo por chismes o terceros, esto genera problemas en la relación.
    • Conversa sobre el tema. Trata que sea en un ambiente sin distracciones. Cuando lo hagas no emplees el ‘yo quiero’, suena a demanda, mejor usa el ‘yo anhelo’ o ‘qué tal si deseamos...’, este habla de inclusión.
    • No tengas miedo y verbaliza. Pon en palabras lo que te sucede. Di ‘quiero ser madre o padre’; tu pareja tiene que saber cuán importante es para ti para poder entenderlo.
    • Que no sea por presión social o por atar a tu pareja. Que esas no sean sus reales intenciones de querer descendencia.
  • Busquen ayuda profesional. Si la renuncia de tener hijos está relacionada con experiencias traumáticas o desagradables, es indispensable el asesoramiento psicológico. Con el terapeuta irán desensibilizando conceptos erróneos de la paternidad o maternidad. El Ministerio de Salud Pública cuenta con centros que brindan terapias familiares o de pareja, gratuitas.
  • Analiza y resuelve. ¿Es conveniente seguir en una relación con planes de presente y futuro distintos a los míos?
"Es común la disyuntiva en relaciones fugaces apasionadas. No se han conocido como seres individuales: metas, proyecto de vida y más"Lady Rojas, psicóloga clínica y terapeuta
"Si se prestara atención a los conflictos de pareja y se busca ayuda, se invertiría menos en divorcios, manutenciones, ausencias laborales”.
Verónica Fonseca, psicóloga y terapeuta