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Buena Vida

Los seres humanos siempre hacemos asociaciones de una cosa con otra.freepik

Aromas que conectan emociones

Los olores de la infancia nos llevan, por lo general, a momentos felices. Hay una íntima relación entre la memoria, el olfato y la niñez

E l olor de un postre preparado por la abuela, el perfume que usaba mamá o el de alguna muñeca, son aromas de nuestra infancia que viven en nuestro cerebro y que sirven para conectar con el pasado y recordar aquellos días felices.

El llamado ‘Fragrant Flashbacks’ es el término usado dentro de la Psicología para demostrar la íntima relación que existe entre la memoria, el olfato y la infancia.

“Los seres humanos siempre hacemos asociaciones de una cosa con otra. Tenemos la tendencia a asociar. Por ejemplo, alguna vez nos ha pasado que al oler un crayón lo asociamos con la escuela. Lo mismo ocurre con un familiar que ha fallecido. Hueles algo que te recuerda a esa persona y te lleva a bonitos momentos. La memoria olfativa nos trasladan a otras épocas”, explica la psicóloga clínica Cecilia Chávez.

 Entrada física

La nariz es esa puerta o la ‘entrada física’ a ese mundo emocional. La escritora y experta en medicina para el Smithsonian, Helen Fields, explica en su libro ‘Fragrant Flashbacks’ que durante nuestra primera infancia, el olor, junto con el gusto, son los ‘canales químicos’ más importantes para entender el mundo. “Pasados los 5 años dejamos ya de tener la necesidad de llevarnos las cosas a la boca, y nuestra nariz deja de ser también tan receptiva”, dice Fields.

Recordar el aroma de las galletas de la abuelita o la torta que la mamá preparaba para la fiesta infantil, no se trata solo de rememorar el gusto, sino hacia dónde te lleva el olor. “Cuando alguien se va del país y retorna siempre busca esos platos con el sabor, el olor y el recuerdo que lo lleve a esos momentos felices que compartió en su hogar, tal vez no le sepa igual porque no está con las mismas personas, pero es lo que le trae recuerdos”, indica Chávez.

“El aroma es el medio para no perder la conexión, siempre estará el temor de que desaparezca aquello que los conecta”, psicóloga Cecilia Chávez.

Terapia

Todos hemos experimentado esos aromas de infancia que llegan de improviso, cuando menos lo esperamos, lo lamentable es perder la facultad de conectar el olor con las emociones. Un síntoma temprano del Alzheimer o el Parkinson hará que se pierda gradualmente el sentido del olfato.

Para ello, dice Chávez, se puede usar la memoria olfativa como terapia. “De hecho sí se hace, por eso existen los aceites esenciales, sobre todo, se puede mandar a una persona que haga un ejercicio, de percibir un aroma que lo traslade a un momento feliz”.

Utilizar el olfato como mecanismo para activar la memoria a través de la emoción es sin duda un aspecto interesante que hay que tener en cuenta.

Duelo

Cuando ha habido un duelo, explica Chávez, cada cierto tiempo quien ha perdido a un ser querido percibe algún perfume o aroma que lo conecte con quien se fue. “El aroma es el medio para no perder la conexión, siempre estará el temor de que desaparezca aquello que los conecta”.