Durante siglos, la imagen de Jesús ha sido representada en el arte y la cultura occidental como un hombre blanco, de cabello largo y ojos claros. Sin embargo, una nueva investigación sugiere que esta representación podría estar lejos de la realidad.

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La historiadora neozelandesa Joan Taylor, autora del libro "¿Cómo se veía Jesús?", ha llevado a cabo un exhaustivo estudio que, combinado con las últimas tecnologías de inteligencia artificial, ha permitido reconstruir un retrato más cercano a la apariencia que probablemente tenía Jesús.

Según Taylor, la imagen eurocentrista de Jesús es el resultado de siglos de representaciones artísticas influenciadas por los estándares de belleza de la época. Sin embargo, al analizar las descripciones bíblicas y los registros históricos de la región, se ha llegado a la conclusión de que Jesús, al igual que la mayoría de los judíos que vivían en Medio Oriente en el siglo I, era muy probablemente moreno, de estatura baja y cabello corto.

Uno de los mayores desafíos para reconstruir el rostro de Jesús radica en la propia fuente principal: el Nuevo Testamento. Los evangelios, que narran la vida y enseñanzas de Jesús, no incluyen descripciones detalladas de su aspecto físico.

“Los evangelios no lo describen físicamente, no dicen si era alto o bajo, guapo o fuerte”, afirma Joan Taylor, quien también es académica del King's College de Londres. “Lo único que dicen es su edad aproximada, unos 30 años”, señala.

Esta ausencia de detalles físicos es significativa, según el historiador André Leonardo Chevitarese. "Parece indicar que los primeros seguidores de Jesús estaban más interesados en transmitir sus ideas y enseñanzas que en describir su apariencia física", explica.

Ante la falta de descripciones directas, los investigadores han recurrido a métodos científicos para intentar reconstruir el rostro de Jesús. El experto forense en reconstrucciones faciales, Richard Neave, utilizó técnicas de modelado 3D y cráneos de judíos del siglo I encontrados en la región de Galilea para crear una representación plausible del rostro de Jesús.

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Los resultados de este estudio sugieren que Jesús probablemente era un hombre de estatura media, alrededor de 1,60 metros, y de complexión delgada. Además, al comparar los rasgos físicos de los judíos de la época con poblaciones actuales del Medio Oriente, la profesora Taylor concluye que Jesús muy probablemente tenía cabello oscuro, ojos castaños y piel morena, características típicas de la región.

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