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Petita Albarracín, madre de Paola, contó una vez más la historia de su hija. Esta vez ante la Corte IDH.Cortesía

"Lo que vivió Paola, no quisiera que lo viviera otra niña"

La lucha de Petita Albarracín, luego de la muerte de su hija en 2002, desembocó en un fallo histórico. Ella se suicidó luego de padecer abuso sexual

"Lo que vivió Paola, no quisiera que lo viviera otra niña; y lo que he sufrido yo, no quisiera que lo sufra otra madre", dijo Petita Albarracín, quien luego de 18 años, siente que se ha hecho justicia por la muerte de su hija.

La lucha de Petita, luego de la muerte de Paola ocurrida el 13 de diciembre en 2002, desembocó en un fallo histórico. Por primera vez, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) decide sobre un caso de violencia sexual contra niñas y adolescentes en el ámbito educativo y crea estándares para protegerlas de abuso en toda la región. 

Paola se suicidó cuando tenía 16 años, luego de ser abusada sexualmente y embarazada por Bolívar Espín, el vicerrector del colegio donde estudiaba. El acusado nunca recibió un castigo y desde ese entonces Petita ha buscado justicia. La CIDH condenó al Estado ecuatoriano por no proteger a Paola de la violencia sexual que sufrió en un colegio público.

Es un fallo histórico porque establece por primera vez estándares para prevenir que las niñas y adolescentes sufran la violencia sexual en entornos educativos de toda América Latina y el Caribe, explicó ayer Lita Martínez, directora del Centro de Derechos Reproductivos y el Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer (CEPAM) de Guayaquil, a través de una rueda de prensa.

Ella explicó que esta sentencia da contenido al abuso que sufren las niñas, niños y adolescentes en el ámbito escolar.

“Se ha limpiado el nombre de mi hija, que fue culpabilizada de los hechos ante la justicia ecuatoriana. Ahora queda claro que mi Paola fue víctima de un terrible abuso sexual que la llevó al suicidio. Ya los agresores no serán encubiertos nunca más. ¡Por fin se hizo justicia para mi Paola!”, dijo la madre.

El tribunal regional concluyó que Ecuador no le garantizó a Paola los derechos a la vida, integridad personal, a la protección de la honra y de la dignidad, educación, y a vivir libre de violencia y discriminación. Así, por primera vez se deja claro que el derecho a la educación debe contemplar la educación sexual y reproductiva.

Como a Paola no se le garantizó el derecho a la educación sexual y reproductiva, ella no tuvo herramientas suficientes para comprender y denunciar el abuso del que estaba siendo víctima. El fallo explica que el vicerrector se aprovechó de una relación desigual, de poder y confianza para abusar de Paola. Aunque Bolívar Espín, como vicerrector, tenía un deber de cuidado con respecto a la adolescente, la atacó sabiendo que en Ecuador no existen medidas efectivas para evitar y denunciar la violencia sexual en entornos educativos.

Catalina Martínez Coral, directora regional para América Latina y el Caribe del Centro de Derechos Reproductivos, destacó que “esta es una victoria sin precedentes. La Corte entendió que el caso de Paola es el de otras miles de niñas y adolescentes que fueron víctimas no solo de sus abusadores sino de la falta de educación sexual y reproductiva en toda la región”.

El pasado sábado 15 de agosto el presidente Lenin Moreno, anunció en su cuenta de Twitter que el Estado ecuatoriano ejecutará la sentencia dictada por la Corte IDH en el caso de Paola.

Las medidas que debe cumplir Ecuador por orden de la Corte IDH son:

  • Reparar de manera integral a las familiares de Paola Guzmán Albarracín, Doña Petita, su madre y Denisse, su hermana, para que puedan reconstruir sus vidas con dignidad luego de 18 años de impunidad.
  • Restablecer el buen nombre de Paola, reconocer que fue víctima de violencia sexual y que su muerte está relacionada directamente con esa agresión sexual.
  • Reconocer la responsabilidad internacional por las violaciones de derechos humanos que se cometieron en este caso a través de un acto público.
  • La Corte IDH, exhorta a realizar un informe de carácter público que determine la verdad de lo sucedido a Paola para limpiar su imagen y memoria.
  • Establecer políticas públicas para evitar que se repitan casos como este, evitando el acoso y la violencia sexual en los colegios de manera oportuna.
  • Deberá declarar un día oficial de “lucha contra la violencia sexual en las aulas”.
  • Para que el caso de Paola no se repita, los Estados de la región están en la obligación de implementar lo siguiente:
  • Garantizar que el derecho a la educación integral incluya el acceso a educación sexual y reproductiva adaptada para que las niñas y adolescentes entiendan de manera adecuada sus derechos sexuales y reproductivos y lo que implican las relaciones afectivas.
  • Reconocer que las adolescentes tienen libertades entre las que se encuentran la libertad sexual y el control propio de sus cuerpos y que pueden ser ejercidas de acuerdo a su capacidad y madurez que son evolutivas.
  • Adoptar acciones adecuadas para prevenir violaciones a derechos humanos como la violencia sexual, asegurando la educación sexual y reproductiva a niñas, niños y adolescentes pues solo de esa manera podrán identificar y denunciar esos riesgos.
  • Erradicar los estereotipos de género de ambientes educativos y sistemas judiciales.
  • Tomar medidas que promuevan “el empoderamiento de las niñas e impugnen las normas y los estereotipos patriarcales” para prevenir o revertir todo tipo de discriminación.