Exclusivo
Actualidad
La víctima consumía y expendía droga en Flor de Bastión y por un ‘pateo’ se la tenían jurada
A Medardo Martillo lo habían amenazado de muerte porque se ‘jaló’ el paquete que le dieron para vender. Su madre temía que tarde o temprano se lo ‘quebraran’. La Zona 8 ya suma 322 crímenes en lo que va del año.
Su presentimiento de que algo no estaba bien con el mayor de sus seis hijos, Medardo Roberto Martillo Véliz, no falló. Desde hace más de un mes, Maríana Véliz temía por la vida de su descendiente. Le habían comentado que su adicción a las drogas lo tenían en problemas y que lo andaban buscando para matarlo.
A las 16:00 del sábado su presagio se convirtió en una terrible realidad. Un pariente llegó corriendo hasta su domicilio ubicado en el bloque 6 de Flor de Bastión (noroeste de Guayaquil) para contarle que a Caimán, como le llamaba de cariño a su hijo, por su fuerte temperamento, lo habían asesinado a tiros.
Corriendo salió de su domicilio y avanzó las seis cuadras donde estaba el cadáver de su muchacho, de 29 años.
“Sabía que tarde o temprano me lo matarían, vivía con esa angustia día y noche, cuando veía los noticieros, informando de que habían matado a un joven en la Flor de Bastión, yo pedía a Dios de que no fuera mi hijo. Me quedaba hasta el final de la transmisión para escuchar los nombres y verificar que no fuera él”, contó llorando, mientras afuera del Laboratorio de Criminalística aguardaba por el cadáver de su hijo.
Recordó que Medardo consumía droga desde que tenía 16 años, y que lamentablemente las compañías y el sector donde habitan influyeron para que se convierta en un consumidor y expendedor de sustancias.
“Mi hijo se ganaba unas monedas como reciclador, pero todo lo que se hacía era para el vicio. Se perdía por días, muchas veces no sabía de él hasta por más de una semana. Luego venía a mi casa, yo lo recibía con cariño porque era mi hijo, lo aconsejaba, pero no me escuchaba, tenía un mal carácter”, aseguró.
Otro familiar del fallecido reveló que el crimen de Caimán se habría producido porque hace más de un mes se consumió varias dosis de droga que miembros de una organización criminal, que opera en ese sector, le habían dado para que venda.
“Se consumió la droga y no tenía cómo pagar. No llegaba a casa de su madre, porque le habían dicho que le iban a poner una bomba, porque se había consumido la funda que le habían dado para vender, ese paquete costaba como 10 dólares. Desafortunadamente, los jóvenes se convierten en presas de estas bandas, les dan para que se ‘endulcen’ y luego los utilizan para el expendio”, sostuvo.
Otros hechos
En el suroeste porteño
Freddy Villegas Montiel, de 51 años, fue asesinado delante de su esposa. Ocurrió la tarde del sábado en Francisco Segura y Guerrero Valenzuela, en el suroeste de Guayaquil. Colorado, como lo llamaban sus ‘panas’, era dueño de una vulcanizadora. Los criminales llegaron en una moto y lo ‘quebraron’ mientras cambiaba una llanta.
En el Guasmo sur
Dennis Mite Hidalgo, de 22 años, y Alejandro Rojas Rosero, de 18, conversaban en una esquina, cerca de su casa, cuando fueron atacados a bala por criminales, quienes llegaron a bordo de un vehículo blanco. Este doble crimen se registró a las 22:00 del sábado en la cooperativa Centinela, en el Guasmo sur.
En flor de Bastión
A las 00:00 de ayer en el bloque 21 de Flor de Bastión (noroeste) fue asesinado a tiros Marciano Javier García Arias, de 35 años, quien registraba antecedentes por tenencia y tráfico de droga y robo. Su verdugo lo siguió por varias cuadras hasta que lo alcanzó en una cancha de fútbol donde lo ‘quebró’.