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Alejandro Jama muestra un cartel donde detalla los tipos de trabajo que efectúa.FRANCISCO FLORES / Extra

“Paso hasta 15 días sin un centavo”: El duro relato de trabajadores en Guayaquil

En la esquina de Luque y José de Antepara, en Guayaquil, trabajadores independientes esperan diariamente una oportunidad laboral

En la esquina de las calles Luque y José de Antepara, en pleno centro de Guayaquil, la sombra de un edificio se convierte en refugio y punto de encuentro para decenas de trabajadores independientes. Desde albañiles y gasfiteros hasta ebanistas y pintores, todos aguardan el golpe de suerte: que un desconocido les ofrezca un buen ‘camello’.

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A simple vista, la escena parece una reunión entre panas. Se saludan, bromean y comparten anécdotas. Pero tras las risas hay incertidumbre. Cada día es una lotería, pues el trabajo escasea.

Alejandro Jama, de 66 años, es maestro albañil y también le hace a la gasfitería, la pintura y hasta la limpieza. Desde hace tres décadas se instala en esta esquina para mantener a los suyos. Es de los primeros que corren a exhibir sus herramientas en cuanto algún carro se parquea cerca.

“Ahorita está duro esto, no sale trabajo casi. Estos últimos meses me sale un trabajo a la semana, y a veces solo por ratos. Ni para pagar lo básico alcanza”, lamenta.

Estos son algunos de los trabajadores que están a la espera de un ‘camellito’ en esa zona.
FRANCISCO FLORES / Extra

Para Alejandro, la crisis laboral ha empeorado en los últimos gobiernos. “Con Lenín Moreno salía un poquito de trabajo, pero con Lasso y Noboa ha estado de lo peor. Antes de eso, uno conseguía hasta tres trabajos al día. Ahora, la gente ya no viene aquí como lo hacía antes”.

Ramón Navarrete, de 64 años, es ebanista y desde hace 15 años esa esquina ha sido su ‘oficina’. Carga una enorme maleta de corazones llena de herramientas para cortar, medir, tallar, taladrar y lijar madera.

“En campaña, los políticos te prometen de todo y cuando llegan al poder, otra vez se olvidan".Ramón Navarrete, trabajador independiente.

“Como a uno lo ven avanzado (de mayor edad), piensan que ya no puede. Yo trabajé en empresas y tuve mi propio taller, hasta que terminé siendo independiente. A la semana hay trabajo sola una vez. Uno moriría de hambre si solo viviera de esto. En mi caso, mi señora es jubilada, pero igual se necesita más”, admite.

Ramón asegura que a esa zona del Puerto Principal han llegado algunos políticos a hacer campaña, pero con promesas vacías: “Te prometen de todo y cuando llegan al poder, otra vez se olvidan. No quiero que esto pase en el nuevo gobierno”.

Ramón Navarrete alista sus herramientas para estar atento a cualquier ‘cachuelo’.FRANCISCO FLORES / Extra

Ramón recuerda con amargura el feriado bancario de 1999 decretado por el entonces presidente Jamil Mahuad. Su taller quebró tras ese incidente. Llegó a tener 22 empleados en su taller, pero perdió todo y terminó vendiendo sus terrenos y maquinarias.

Se vio obligado a emigrar a Colombia, donde trabajó raspando hojas de coca. “Tenía una ambición tan grande, pero luego de unos pocos años me quedé sin nada y regresé a Ecuador”.

Aquella tradicional calle se va quedando sin trabajadores

Sixto Tunja posa con las herramientas con las que realiza sus trabajos.FRANCISCO FLORES / Extra

Sixto Tunja, de 63 años, lleva 25 años ofreciendo sus servicios en ese mismo sitio. Albañil y gasfitero, se mantiene en el lugar de domingo a domingo. Antes trabajaba en la agricultura, en su natal Esmeraldas. Cuenta que en estos últimos años en Guayaquil, la realidad ha sido otra.

“A veces paso hasta 15 días sin llevarme un centavo. Ayer, gracias a Dios, me gané 15 dólares en un trabajo. En toda una semana no había ganado más”, relata con pesar.

Para sobrevivir, en ocasiones tiene que reciclar para buscar el pan. “Aquí en la esquina cojo mi carrito, reciclo y me ‘revuelo’ mis dos dolaritos para el pasaje. Y en la casa, de cualquier manera tengo que fiar en la tiendita hasta que consiga algo”.

Sixto asegura que la esquina ya no es lo que era, pues antes allí se veían más 'camelladores' autónomos aguardando por trabajo. "Hoy, usted ve a los pocos que quedamos. Aún así, la gente ríe y habla, pero estamos tristes y sin dinero". 

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