El patio de comidas denominado Los Agachaditos, del cantón Ventanas, se ha vuelto el lugar predilecto para parejas que llegan a pegarse un ‘vacile y algo más’.

Las mesas, ubicadas exclusivamente para los comensales, están siendo utilizadas por los ‘querendones’ que les dan rienda suelta a sus instintos de amor y toqueteo.

En la parte de al frente quedan las instalaciones del Registro Civil, pero, a pesar de la presencia de los usuarios, a los jóvenes no les importa nada y solo se dedican al manoseo.

Son varios videos grabados en los que se puede observar los amoríos de las parejas que llegan a cualquier hora del día, aunque la mayoría prefiere ir en las mañanas.

Pero lo que llama la atención a unos cuantos no es ver besándose a un jovencito con una adolescente, sino también observar haciéndolo entre mujeres y parejas homosexuales de tierna edad.

A ninguno pareciera no importarle nada. Se sientan en las mesas, se acarician y entre besos y abrazos se calienta el momento y empiezan los toques. Las manos se deslizan por sus cuerpos y solo piensan en darle rienda suelta a la lujuria.

En uno de los videos que han quedado registrados se puede observar a dos jóvenes que se besan y se olvidan del tiempo.

Para la mayor parte de los ciudadanos que pasa o llega al lugar ya no es sorpresa ver cómo dos hombres se besan y parecieran apasionarse tanto que se les olvida que están en un lugar público.

El comerciante Julio Cabrera, quien trabaja cerca de la zona, explicó que en el día ven cómo entran las parejas y aprovechan que hay pocos vendedores para ‘apapacharse’.

Por la noche es peor, porque muchos utilizan la oscuridad para mostrarse en todo su esplendor manteniendo relaciones íntimas. “Pareciera que esta zona pública fuera un motel al aire libre y no les importa si los graban”, detallaron los comerciantes.

Otra preocupación

No solo esta situación preocupa a los ventanenses, de la provincia de Los Ríos, sino también el hecho de que lleguen sujetos a drogarse y en reiteradas ocasiones salen de los bajos del puente debido a que el lugar está cerca del río.

A poca distancia de la plazoleta también se encuentran una iglesia y el parque Central, donde se observa a mujeres ejerciendo la prostitución.

El lugar se ha vuelto un punto para la proliferación de trabajadoras sexuales y evidentemente están en casi todos los alrededores.

Incluso, el cura ha sido puesto en ‘jaque’, ya que lo han confundido como cliente que está buscando servicios sexuales.

El párroco de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, Jorge Franco, expresó que parecieran los tiempos de Sodoma y Gomorra, donde el pecado era evidente y nadie hacía nada por cambiar.

Los residentes de la zona esperan que las autoridades busquen una solución a estos problemas para que los espacios puedan utilizarse como debe ser: de sano esparcimiento.