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Sequía en Cuenca: impacto alarmante en ríos y generación de electricidad
Una grave sequía afecta los caudales de sus principales ríos, poniendo en riesgo el suministro de agua potable y la generación de energía
Los cuatro principales ríos de Cuenca – Tarqui, Machángara, Yanuncay y Tomebamba – atraviesan una de las sequías más graves en años, lo que se refleja en sus caudales, que desde julio se han mantenido en niveles preocupantemente bajos. Esto no solo afecta el suministro de agua potable, sino también la generación de energía eléctrica a través de las hidroeléctricas.
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Hasta la mañana del martes 26 de noviembre, los caudales de los cuatro ríos, según un reporte de la ETAPA (Empresa de Telecomunicaciones, Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento), son los siguientes:
- Tarqui: 0.69 m³/s
- Tomebamba: 0.70 m³/s
- Machángara: 1.12 m³/s
- Yanuncay: 1.18 m³/s
De acuerdo con los funcionarios de ETAPA, la sequía hidrológica que afecta a Cuenca requiere entre 10 y 15 días consecutivos de lluvia para que los ríos puedan recuperar sus caudales. Sin embargo, las precipitaciones hasta ahora han sido esporádicas y no han tenido un impacto suficiente para mitigar la crisis.
Este fenómeno, que ya ha persistido durante 137 días consecutivos, genera una gran preocupación entre las autoridades y la ciudadanía, que enfrentan restricciones en el suministro de agua potable y la creciente amenaza sobre la producción de electricidad.
¿Cómo impacta la sequía en la crisis eléctrica?
Los cuatro ríos, los más importantes de Cuenca, confluyen en la ciudad y reciben agua de afluentes menores como los ríos Burgay, Jadán, Gualaceo y Cutilcay, además de drenajes de seis subcuencas clave, incluidos los ríos Collay, Pindilig, Mazar, Llavircay, Juval y Púlpito, que desembocan finalmente en el Mazar.
El embalse de Mazar, uno de los reservorios de agua más grandes del país, abastece a tres importantes hidroeléctricas en la cuenca del río Paute:
- Mazar
- Sopladora
- Paute-Molino (la segunda más potente después de la Coca Codo-Sinclair).
Estas tres plantas, con una capacidad instalada de 1.700 megavatios (MW), generan aproximadamente el 30% de la electricidad que consume Ecuador en condiciones normales. Sin embargo, el bajo nivel del embalse ha puesto en riesgo esta producción, lo que ha intensificado los cortes de luz y afectado la estabilidad del sistema eléctrico nacional.
El Gobierno reconoce la crisis del estiaje
La ministra encargada de Energía y Minas, Inés Manzano, ha reconocido que la falta de lluvias continúa siendo un desafío a nivel nacional, especialmente para las hidroeléctricas, que dependen de los caudales de los ríos. La capacidad de estas plantas ha disminuido debido a los bajos niveles de los embalses.
"Estamos por debajo de todos los límites. En algún momento hemos tenido lluvias que alegran a las personas en Cuenca, y también a mí, porque evidencian que algo está cambiando. Sin embargo, esas lluvias esporádicas no ayudan a resolver el estiaje. Apenas mojan la tierra y los caudales siguen deprimidos", comentó Manzano este martes 26 de noviembre en una entrevista a TC Televisión.
A pesar de la crisis actual, la ministra destacó que los esfuerzos del gobierno en proyectos termoeléctricos permitirán cumplir con la promesa del presidente Daniel Noboa de erradicar los apagones para diciembre.