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Pasajeros están preocupados por las aglomeraciones en las unidades.Cortesía

¡Como ‘sardinas’! Pasajeros van pegados en autobuses de Quito

Usuarios de las unidades relatan lo difícil que ha sido el usar el transporte público debido a las aglomeraciones.

Carlos Paucar no tuvo otro remedio que embarcarse en un autobús repleto. La mañana del 31 de diciembre debía llegar a su oficina ubicada en la avenida Eloy Alfaro, en el norte de Quito. Desde que los salvoconductos quedaron inhabilitados, no ha podido sacar su vehículo todos los días.

Para él, está medida, lejos de reducir el riego de coronavirus, lo aumenta, sobre todo en días festivos cuando pocas unidades circulan por la ciudad y las aglomeraciones se hacen inevitables. Carlos, por ejemplo, espero casi una hora a que llegara un autobús con menos pasajeros. No lo logró.

Pero, el problema no solo ocurre el último día del año. Según Carlos, durante toda la semana, incluso parte de la anterior, ha enfrentado el mismo problema de movilidad. “Caminar no es una opción para mi. Yo vivo en Calderón y debo tomar dos autobuses para llegar a mi trabajo. El primero va más flojo, pero el segundo es terrible”, describe.

Aunque para el joven, la situación ha sido molesta, entiende que no es el único. En la unidad que hoy compartía con, no menos, de cuarenta personas identificó a varios adultos mayores. “Eso es lo más triste porque ellos necesitan salir por alguna razón y no se las garantiza un medio seguro”, dice.

Sergio Donoso es uno de los abuelitos afectados. Su hija trabaja todos los días y el hombre no tiene otra opción que cruzarse media ciudad para llegar a la vivienda en la que permanecen sus tres nietos pequeños. “No hay nadie más que pueda cuidarlos. Yo me pongo la mascarilla, una gorra y tomo un autobús para cumplir con el compromiso que hice con ellos”, explica.

Hasta el momento, él no ha dado positivo para coronavirus. Aunque nunca se ha hecho una prueba para confirmarlo. “No he tenido nunca ningún síntoma. Yo trato de seguir la normas. La única que me falla es el distanciamiento, pero eso porque en el autobús suben a todos los que entran”, menciona.