Tirado sobre una acera, a unos seis metros de su padre, quedó herido de bala un joven de 14 años. El chico, al igual que su progenitor, recibió varios disparos fuera de su plantel educativo, en las calles Novena y Argentina, en el suroeste de Guayaquil.

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El hecho ocurrió aproximadamente a las 17:30 del miércoles 31 de julio del 2024, mientras los estudiantes salían del colegio. Moradores dicen que se escucharon unos seis disparos en ese momento.

“Fueron como seis tiros. El señor quedó muerto ahí mismo y el chico quedó herido”, comentó uno de los ciudadanos que viven por la zona. Una chica que estaba por la zona también resultó herida.

En ese momento hubo extremo alboroto, pues, al igual que el padre baleado, había otros representantes y adolescentes en el sitio.

Frente a la institución hay un cuartel del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil. Eso facilitó la asistencia médica para el adolescente con personal de la entidad. Después lo trasladaron en una ambulancia hacia una casa de salud.

Su papá no tuvo la misma suerte. Falleció rápidamente y su cuerpo fue tapado con una sábana por agentes policiales que llegaron al lugar.

“Los implicados iban en una motocicleta. Eran dos ocupantes, los cuales habían estado hasta con mascarillas para no dejarse ver y que los identifiquen como los causantes de este hecho violento”, indicó el mayor William Herrera, del distrito 9 de Octubre, al cual pertenece aquel sector en donde se ubica el colegio.

Los individuos, según mencionaron los residentes, esperaron el horario de salida para cometer el atentado, que terminó siendo mortal.

Las investigaciones encaminadas a determinar la causa del ataque ya están en curso. Se conoció que el atentado podría haber estado dirigido al menor de edad y que su padre murió por haber intentado protegerlo. Sin embargo, se busca establecer con exactitud si el joven herido tenía alguna amenaza por un asunto delictivo, o si se trató de una posible equivocación por parte de los sicarios.

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Este jueves 1 de agosto, fuera del plantel educativo fueron vistos varios padres de familia, quienes estaban preocupados por lo sucedido el día anterior en los exteriores del colegio. La misma tensión sentían los moradores, quienes pidieron que haya vigilancia policial al ingreso y salida de los alumnos en la mañana y la tarde.

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