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¡Rosas de dolor por Chucky!
Familiares de joven asesinado temen de que los sospechosos del crimen salgan libres durante el proceso judicial. Reúnen dinero para pagar un abogado.
En la base del féretro donde reposaba el cuerpo de Cristhian Tirado, conocido como Chucky, había un ramo de flores acompañado con una caja y un letrero en el que decía “colaboración”.
Sus restos fueron velados la mañana de ayer en la casa de un pariente en el sector de la 24 de Mayo, centro de Quito. Los familiares del joven son de escasos recursos. Por eso colocaron esa ánfora para que los allegados ayudaran con dinero y pudieran cubrir los gastos funerarios.
Con ello también pretenden buscar un abogado que los guíe en el proceso judicial en contra de los sospechosos. El cadáver de Cristhian fue encontrado el anterior fin de semana en una cancha de Chillogallo, sur de la ciudad.
Su rostro y cráneo estaban destrozados. La Policía detuvo a dos sujetos (padre e hijo) que son investigados por el crimen y que, según los familiares, eran conocidos de la víctima.
Eduardo Tirado, padre del joven, todavía no logra entender por qué los implicados habrían asesinado a su hijo “si eran amigos de barrio y trabajaban juntos”. Por eso, el hombre y otros parientes llevaron carteles al velorio con mensajes que decían “queremos justicia”.
La madre de la víctima, Verónica Saransi, hizo un llamado a las autoridades para que el caso de su hijo no quede en la impunidad. La mujer aseguró que uno de los victimarios ya habría tenido problemas con su hijo. “Hace tres años lo dejó sin caminar por un tiempo luego de darle un golpe”, añadió.
La desgracia
Eduardo contó que su hijo era reciclador y que la mañana del viernes pasado el joven salió con Francisco Tapia, de 43 años, para recoger material. Sin embargo, a las 16:00, el padre se preocupó porque Cristhian no llegaba y se le hizo raro.
Llamó a Verónica para salir a buscarlo y un vecino del barrio les comentó que lo había visto junto a Tapia y a otro joven por el sector de La Marín. Recorrieron durante horas por ahí y no lo hallaron. En la noche fueron a la casa de la exmujer de Tapia, en el sur de la capital, para averiguar más.
La señora salió con uno de sus hijos y negaron que lo habían visto. Los padres desesperados se quedaron afuera de la casa con la esperanza de que apareciera, pero no fue así. Al siguiente día, por la mañana, la Policía recibió la alerta de que un cadáver yacía en una cancha. Era Cristhian.
Los uniformados lo llevaron a la morgue como un cuerpo sin identificar, mientras sus padres lo seguían buscando por todas partes.
Por la noche, Verónica recibió la llamada de un oficial, quien le contó que su hijo había sido encontrado muerto. También le dijo que los responsables estarían escondidos en una casa de Chillogallo.
Cuando fueron al sitio, la Policía sacó esposados a Fernando Tapia y a su hijo Édison de la misma casa donde la mujer les negó que habían estado.
Según el informe policial, los sospechosos habrían tenido una riña con Cristhian dentro del domicilio y lo habrían golpeado hasta matarlo. La autopsia reveló que el cráneo fue aplastado con un objeto pesado.
Era alegre y divertido
Santiago Pintado, amigo de la víctima, llegó llorando ayer al velorio. El joven recordó que ambos fueron compañeros de la banda de guerra en el colegio. También dijo que solían jugar fútbol en el barrio.
Dos hermanos de Cristhian, quienes viven en Loja, contaron que tuvieron que pedir prestado a los vecinos de su barrio para poder viajar y despedirse de su familiar.
El cuerpo del joven fue enterrado en un cementerio de la Magdalena.
Las personas que quieran colaborar con el caso pueden llamar a los números: 097 903 1997 o 096 263 2962.