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Ricardo Trujillo, de 42 años, se enfrenta a una batalla con el cáncer.HENRY LAPO

Dramas | Ricardo Trujillo lucha contra el cáncer: “Le tenía miedo a la muerte”

Le extrajeron parte del estómago y del intestino. Pese a ello, el profesor universitario confía en que saldrá de esta. Pero requiere apoyo.

“Tienes cáncer”. Son las palabras que taladran la mente de Ricardo Trujillo, de 42 años, quien lleva ocho meses luchando por sobrevivir desde que le detectaron la presencia de varios tumores en la zona del páncreas y otros órganos vitales.

Él aún recuerda aquella mañana cuando fue a consulta por un dolor estomacal intenso que presentó hace unos días. Pensaba que todo saldría bien y que después de esa cita continuaría con su vida de fotógrafo y profesor universitario, tan normal como siempre. Pero no.

Después de practicarle varios exámenes, los galenos le indicaron que habían encontrado una serie de anomalías en la zona abdominal. Tenía cáncer de liposarcoma retro peritonial, es decir, una enfermedad poco frecuente que comienza en las células grasas, generalmente del estómago o de los músculos, y debía ser operado de emergencia para identificar su avance en todo el organismo.

Pasó 17 horas en cirugía. Cinco días en terapia intensiva. Y, según Trujillo, su esposa y familiares padecían afuera del hospital tras desconocer su estado de salud y porque habían sido advertidos de que “probablemente no saliera bien librado. Lo más seguro era mi muerte”, lamenta.

Le extrajeron parte del estómago y del intestino. Además, uno de los tumores había contaminado otros espacios, por lo que le retiraron en su totalidad el diafragma, el bazo y el riñón izquierdo.

Por el tiempo de intervención médica fue difícil sacar todo el material descompuesto y quedaron restos malignos que deberán ser contrarrestados con quimioterapias.

“Me sacaron más de medio litro de pus y me dijeron que no lograron conectar nuevamente mi intestino al colón. Desde entonces tengo que utilizar un dispositivo que cumple esa función. Cada cuatro o seis horas debo cambiar la bolsa que tengo pegada en el abdomen”, detalla.

Su esposa Katherine es quién le ayuda con su recuperación.HENRY LAPO

Ricardo jamás sospechó que la vida lo sorprendería de esta manera, mucho menos después de haber perdido su empleo de profesor en una universidad pública de la capital, donde no le renovaron el contrato y perdió su única fuente de ingresos.

“Al inicio le tenía miedo a la enfermedad, a la muerte, pero después de verla frente a frente ya no más. Ahora sé que puedo salir de ella y lucharé por eso, pese a las dificultades”, agregó.

Para cada sesión de quimioterapia al menos necesita cerca de 600 dólares, entre insumos médicos, dispositivos y medicinas que le permiten reducir los estragos del tratamiento, como mareos, náuseas, vómito.

“No tengo seguro médico y he afrontado los gastos de esta enfermedad con parte de mis ahorros, pero ya no queda casi nada”.

Pese a las pruebas que enfrenta, mencionó que no todo ha sido tan oscuro y que en medio de la enfermedad contrajo matrimonio con su pareja de hace dos años, Katherine Redrobán, a quien le hizo la propuesta ni bien abrió los ojos, después de salir de terapia intensiva.

“Sin ella no estaría aquí. Es mi mayor apoyo. Es mi motivación para seguir luchando con uñas y dientes, así como mi hijo de siete años. No pierdo la esperanza que un día volveré a ser como antes”.

Para recaudar fondos, esta pareja ha organizado rifas y comidas solidarias que han sido socializadas mediante plataformas digitales, pero no han tenido la acogida esperada.