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Quito

Uno de los sospechosos fue llevado a una casa de salud en el norte de Quito.ANGELO CHAMBA

Inseguridad indignó a los vecinos de Las Casas

Se cansaron de los constantes robos e hicieron ‘justicia’ por mano propia a dos supuestos asaltantes. Sin embargo, no hubo denuncia y luego de la golpiza quedaron libres.

A dos supuestos pillos les costó caro no saber que el pasaje San Gabriel, en el norte de Quito, no tenía salida. Tuvieron que dar la vuelta y allí se toparon con la indignación de los vecinos que ya están cansados de los robos.

Un hombre y una mujer a bordo de una motocicleta se habrían pasado la mañana del miércoles robando los celulares de varios transeúntes, hasta que se les ‘durmió’ el diablo, según Marco Benavides, morador de la zona.

La muchedumbre les propinó una golpiza y quemaron el vehículo. Sin embargo, a pesar de que los habrían encontrado con una bolsa con los celulares robados no hubo denuncia y por lo tanto no fueron detenidos.

“Cuando llegamos la moto ya estaba prácticamente consumida por el fuego y los moradores ya no estaban”, comentó el suboficial Jonny Miranda, quien atendió la alerta.

Los sospechosos fueron atendidos por paramédicos y el sujeto fue llevado hasta una casa de salud para curar sus heridas. “Una de las señoras que fueron asaltadas recuperó su teléfono y se fue. No querían tener problemas”, agregó el gendarme.

Los vecinos del sector aprovecharon que los implicados entraron a un pasaje sin salida para acorralarlos.ANGELO CHAMBA

INDIGNADOS

Antes de la golpiza, los supuestos asaltantes chocaron con un automóvil, allí fue cuando fueron retenidos por los iracundos vecinos.

“La verdad es que fue la gota que derramó el vaso. Los delincuentes hacen de las suyas en este barrio”, dijo Benavides. La situación se ha vuelto tan problemática que él ha tenido que colocar rejas en su negocio y poner su motocicleta dentro del local. “Yo me encierro, pero siempre con el miedo de que alguien nos haga daño”, comentó.

El suboficial Miranda informó que los delitos que más se registran en la zona son el robo a personas y a domicilios, aunque las denuncias son esporádicas. “Pasa también que los ciudadanos ya no creen en la justicia, porque nosotros hacemos detenciones y salen al siguiente día”, acotó.

Atribuyó también la falta de denuncias a lo engorroso de los procesos y sobre todo a que los moradores tienen miedo a represalias. “Con la situación del país en general, la gente está con los ánimos caldeados. Quisieron darles un escarmiento”, explicó el uniformado.

Anita Ríos, también moradora, comentó que “la violencia no es el camino para contrarrestar la delincuencia, pero que la indignación ya alcanza niveles altos”.

Espera que al menos, con el episodio de aquel día, los pillos no quieran volver por ahí.