Aunque en La Pampa, norte de Quito, no ha llovido el talud de la quebrada del río Monjas se sigue cayendo. Los moradores viven en vilo. Los últimos deslizamientos se registraron la tarde del miércoles 29 de mayo. Incluso, mientras EXTRA visitaba el lugar seguía cayendo tierra.

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En el espacio donde funcionaba un espacio verde, donde la gente podía circular, los vecinos colocaron cintas amarillas por el peligro que ahora resulta. “La tierra aquí se mueve, no es muy firme”, dijo Gabriela Garcés, administradora de La Pampa.

Aunque el socavón es relativamente nuevo, el problema ya es de varios años y en distintas zonas de la quebrada del río Monjas que ya fue declarada en emergencia en octubre de 2021. “Mandamos un informe a las autoridades municipales y han venido a hacer las inspecciones”, agregó Gabriela.

Jaime Ramírez, vecino de la zona de hace más de 40 años, contó que cuando se empezó a poblar allí se hizo un relleno sin estudios. “Solo venían las volquetas a poner escombros y ya”, relató.

Por ahora, la única afectada es María Calderón quien perdió algunos de sus sembríos con el último derrumbe. “Hasta plátano tenía sembrado”, dijo.

Por su parte, la Empresa de Agua Potable y Alcantarillado dijo a este Diario que no se encontraron filtraciones del sistema de agua potable o alcantarillado. La Empresa de Obras Públicas dijo en un comunicado que no hay peligro inminente para la vía y que no hay viviendas ni población en riesgo. “Estaremos atentos al comportamiento del talud”, precisaron.

“Han de esperar que haya alguna desgracia para actuar”, reclamó Jaime.

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