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Un hombre de 69 años murió la tarde de ayer mientras se dirigía a una casa de salud en el norte de Quito. El adulto mayor tenía coronavirus.ANGELO CHAMBA

¡Quito ‘huele’ a muerte!

En junio, cuando la capital cambió de semáforo, hubo 1.803 fallecidos en la provincia. 698 más que en el mismo mes de 2019. 

Eran las 12:00 de ayer. Dos hombres se dirigían en un taxi al dispensario médico de El Batán, en el norte de Quito. Uno de ellos presentaba síntomas respiratorios relacionados al coronavirus. Estaba grave. Cuando el vehículo amarillo llegó a la puerta de emergencia del centro hospitalario, el paciente, de 69 años, perdió la vida.

El ECU-911 activó el protocolo de manejo de cadáveres por COVID-19 y llegaron al lugar personal de Criminalística y de la Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs) para el procedimiento. Un doctor le realizó una prueba rápida y el resultado salió positivo.

El aumento de cadáveres por el coronavirus en la capital crece a diario y las autoridades se preparan para contener una emergencia ante un posible desborde en el tratamiento de este tipo de muertos.

Las actas de defunciones del Registro Civil señalan que hubo un incremento del 34,7 % de fallecidos en los meses de marzo, abril, mayo y junio de 2020, en comparación al mismo periodo de 2019. Eso significa que en este año hubo un aumento de 1.487 muertos. Aunque no todos fueron específicamente por COVID-19. En junio, cuando la capital cambió de semáforo, hubo 1.803 fallecidos en la provincia. 698 más que en el mismo mes de 2019.

Según el Ministerio de Salud, desde el 29 de febrero de este año, hasta el pasado martes 7 de julio se registraron 563 personas fallecidas por el virus. Pero... ¿y las otras 924 actas de defunción recibidas en los últimos meses serían por otras causas que no tienen que ver con el coronavirus? Las cuentas no cuadran.

Miembros de la Federación Nacional de Funerarias se muestran preocupados porque consideran que si se llegara a presentar una alta demanda de muertos en la capital, la situación sería insostenible y no habría la capacidad para atender este tipo de emergencia. “El nivel de fallecidos en los procesos de cremación está creciendo”, comentó Sebastián Barona.

Sin embargo, ante el evidente incremento de muertos, desde la Emgirs afirmaron que no existe un colapso en la atención de cadáveres por COVID.

Según la entidad municipal, solo se ha ocupado el 74 % de la capacidad de los hornos crematorios. Seis funerarias trabajan en conjunto con la Emgirs. La capacidad de cremación instalada es para incinerar 50 cuerpos diarios y hasta el momento se han utilizado estos espacios para cremar hasta 37 cadáveres

En el país existen 14 empresas de servicios mortuorios que realizan cremaciones. En Quito, cinco de ellas están autorizadas para el tratamiento de cuerpos con COVID-19.

Myriam Lucero, vocera de la entidad, indicó que existen empresas fúnebres que están al tope de su capacidad, pero no son todas. De llegar a un colapso, la capacidad para tratar estos cuerpos se puede incrementar a 88 por día. “Se están realizando nuevos convenios con otras empresas para que presten el servicio de cremación”, comentó.

Si aún así la situación se descontrola, el Municipio tiene otra salida: la inhumación. Es decir, enterrar a los muertos con estrictos protocolos de bioseguridad. En la capital existen 17.000 espacios en los cementerios para inhumar cuerpos. De estos, la Emgirs cuenta con 500 lugares gratuitos.

Pese a esto, Lucero indicó que tienen una última alternativa que son las morgues móviles que fueron instaladas en el Parque Bicentenario, en el norte.

En este lugar existen cinco contenedores que pueden albergar hasta 36 cadáveres cada uno, por un periodo de 72 horas. En total se pueden albergar 180 cuerpos. “La idea es que estos espacios sirvan temporalmente para el almacenamiento de cuerpos hasta que exista capacidad en las funerarias." En las últimas semanas han realizado varios simulacros.

Las morgues móviles, ubicadas en el parque Bicentenario, están listas para recibir muertos por COVID-19 si las funerarias colapsaran.Angelo Chamba

¿Qué pasa en los hospitales?

En el sector privado no existen morgues dentro de las casas de salud. Según Raúl Alcívar, presidente de la Asociación de Clínicas y Hospitales privados, en cada lugar existe un área de transición temporal para el manejo de cadáveres. En las últimas semanas se presentó un aumento de cuerpos en estos espacios. Sin embargo, Alcívar afirmó que en Quito no ocurriría un escenario similar al de Guayaquil, donde los fallecidos eran apilados en las afueras de los hospitales y permanecían durante días en los domicilios y avenidas.

Pese a esto, el directivo comentó que cuentan con un plan de contingencia para el tratamiento de cadáveres si estos llegaran a acumularse en las zonas transitorias. “Procesos más estrictos de formolización en los muertos permitirá que puedan permanecer más tiempo hasta que lleguen los grupos de respuesta”, comentó.

En algunos centros hospitalarios del sistema público el panorama es distinto. Por ejemplo, en el Hospital Enrique Garcés, en el sur de la capital, varias empresas de servicios mortuorios esperan en las afueras del establecimiento a cadáveres con coronavirus.

Susana Cayancela tiene un restaurante frente al hospital. Ella afirmó que diariamente sacan hasta cinco cadáveres. Incluso, en vista del incremento de muertos en este centro, las funerarias le dieron tarjetas de presentación para que la mujer entregara a los familiares de los fallecidos. “Hace una semana murieron dos personas en la calle. No lograron ser atendidas”, recordó.

A una hora de ahí, en el Hospital Pablo Arturo Suárez, en el norte de la urbe, se contabilizan diariamente de 5 a 6 fallecidos por COVID-19.

Este Diario envió solicitudes de información a las entidades encargadas de los hospitales públicos sobre la situación de las morgues en las casas de salud, pero hasta el cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.

La presencia de carrozas fúnebres en las afueras de los centros hospitalarios de la capital se volvió frecuente en las últimas semanas.Angelo Chamba