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Perritos hacen nuevos hallazgos aparte de huesos
Las mascotas de un morador de San Juan de Cumbayá han encontrado una prenda de vestir con sangre. La Policía continúa indagando el caso.
Roberto Zapata y su familia tienen miedo de comer un caldo de costilla porque cada vez que ven un hueso se les eriza la piel.
Los tres perros de este habitante de San Juan de Cumbayá, al nororiente de Quito, le han llevado nueve piezas óseas, entre ellas un cráneo humano, desde el 31 de diciembre hasta el 2 de enero.
Sus canes Jack, Dasha y Chihuahua las encontraron entre la maleza de un potrero que queda frente a la casa de Roberto.
El hallazgo más reciente fue el del 5 de enero, cuando Jack llevó una prenda de vestir. Según Roberto, esta tenía huellas de sangre. El hombre presume que era una blusa y que por la forma y tamaño pertenecería a una mujer joven.
El habitante dice que no puede ni dormir por la intriga de saber de quiénes son esos huesos. “Mis hijos no quieren salir de la casa”, señala.
Más indagaciones
Roberto quiere colaborar con la policía para determinar la identidad de la persona a la que pertenece el cráneo. Para él también es importante saber si los otros huesos que llevaron sus mascotas serían de la misma persona.
El vecino comentó que la mañana del 1 de enero llegó personal de Criminalística para llevarse el cráneo. Al siguiente día, cuando los perritos ‘pesquisas’ llevaron más huesos, acudió personal del Distrito Manuela Sáenz, pero no hubo agentes investigadores. Según el informe, “estuvimos buscando en los terrenos baldíos, sin tener resultados satisfactorios”.
Roberto tiene una hipótesis de lo que pudo llevar las osamentas hasta la zona. Él cree que cerca de su domicilio, donde colinda un potrero con un tramo de la avenida Simón Bolívar, se estaría acumulando agua por las constantes lluvias y el terreno estaría cediendo. “Esto hace que el caudal arrastre material y basura cerca de mi domicilio”.
En esta zona viven alrededor de 30 familias, las que continúan sorprendidas por el macabro hallazgo de los perritos. Todavía no se sabe si habrá más huesos que estén por aquel sector.
Nicho de delitos
Un joven que prefirió no identificarse contó que en esa zona se han registrado varios delitos. “Vienen a botar a personas maniatadas o carros desvalijados”.
El morador solicita a las autoridades que coloquen más iluminación y que realicen rondas de patrullaje frecuentes, porque si ocurre algún robo, la Unidad de Policía Comunitaria más cercana está a 15 minutos a pie.
Roberto añadió que existen motorizados que pretenden asaltar a los lugareños. “Mi hija se salvó de que dos sujetos la atacaran cuando llegaba del colegio”.
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