“Mamá, yo me quiero ir contigo”, esas fueron las últimas palabras del hijo del exasambleísta Ronny Aleaga, prófugo de la justicia ecuatoriana, cuando lo separaron de Carolina Jiménez, su madre, quien había viajado a Venezuela a ‘rescatarlo’ luego de más de cuatro meses de ausencia, aunque no logró traerlo con ella.

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El martirio de Carolina habría empezado cuando el padre de su hijo, de 12 años, decidió llevarlo de vacaciones a Venezuela, porque una vez que estuvo con él, Aleaga le habría dicho que la cabeza del niño tenía precio y que por eso no podía volver al Ecuador.

“Mi hijo salió de vacaciones el 30 de diciembre de 2023 para encontrarse con su padre en Venezuela. Tenía permiso por 28 días y debía volver a mis brazos el 26 de enero, pero el padre se negó a regresarlo”, relató en diálogo exclusivo con EXTRA a su llegada al aeropuerto de Guayaquil, la tarde de este domingo 19 de mayo. 

Jiménez contó que viajó a la República Bolivariana el pasado 18 de marzo, para recuperar a su pequeño y por seguridad llevarlo a otro país, en Europa. Sin embargo, su expareja se lo habría impedido y, además, la habría mantenido encerrada en una casa, en contra de su voluntad, hasta que logró escapar.

“Estando allá me dijo que tenía influencias y que me ayudaría a sacar la visa que necesitaba. Le dije que arregle su problema (es requerido por la justicia ecuatoriana por el delito de tráfico de influencias, dentro del caso Metástasis) que, mientras, nosotros estaríamos resguardados lejos porque él era el del problema”. Pero en vez de llevarme al consulado la llevó a una casa donde la tenían sin libertad de irse y estaba vigilada por sus exsuegros.

El 25 de abril, aún con pijamas, ella y su hijo lograron salir de la casa y se refugiaron en el Consulado del Ecuador en Caracas, la capital venezolana, donde pidieron ayuda y permanecieron hasta el jueves 16 de mayo, en espera de recibir apoyo para volver a nuestro país, la cual no recibieron, aseguró.

Ese día decidieron salir, de manera voluntaria, para abandonar Venezuela por vía terrestre, cruzando hacia Colombia. Fue así que pasaron por Barinas, una localidad a más de 500 kilómetros de Caracas, donde la mujer, su hijo y su padre –quien había viajado para apoyarla– fueron detenidos.

Jiménez asegura que los militares le indicaron que tenían una “orden superior de detener a todo ecuatoriano que encuentren en los controles hasta comprobar su identidad”, la cual había llegado horas antes de su retención y que, según ella, había sido dada por pedido de Aleaga.

Luego de más de dos horas de retención, lograron grabar un video sobre la situación que atravesaban, que el viernes 17 de mayo se hizo viral en redes sociales. Después de eso, les decomisaron tres celulares y una laptop, quedando incomunicados hasta el día siguiente que pudieron contactarse con sus familiares en Ecuador a través de un teléfono prestado. Para ese momento, su hijo ya no estaba con ella.

Tras la detención en Barinas, Carolina, su hijo y su padre habrían sido llevados de vuelta a Caracas, donde Ronny Aleaga también habría llegado junto a su familia (padres y hermanos) a bordo de un helicóptero. De ahí, habría tomado a su hijo y pedido a las autoridades locales que revisaran bien las pertenencias de su expareja y que la desnudaran, para que revisara que no tuviera micrófonos o alguna cámara.

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El padre de Carolina habría alzado la voz en protesta, pero recibió una amenaza, de encarcelarlo por varios años, si no hacía silencio. Más tarde, cuando quedaron libres y pudieron contactar con sus parientes en Ecuador, coordinaron la compra de los pasajes aéreos para volver la mañana de ayer a las 17:00.

Carolina y su padre criticaron que de la Cancillería del Ecuador no recibieron la ayuda ofrecida, como la entrega de pasaportes alternos y lograr su salida de Venezuela. Incluso, señalaron que parte del apoyo económico que habrían recibido sus parientes salió del bolsillo de la encargada del Consulado.

El exasambleísta correísta Ronny Aleaga fue también integrante de los Latin Kings, pero eso no es causa de investigación, sino su presunta relación con el narcotraficante Leandro Norero Tigua, quien fue asesinado el 3 de octubre de 2022, en la cárcel de Latacunga, en Cotopaxi.

En los chats del criminal, el entonces legislador era identificado como el Ruso. Él habría tenido la misión de “silenciar” a quienes buscaban exponer a esta presunta red y de buscar información que pudiera afectar a alguno de los involucrados, según ha informado la Fiscalía .Por ese motivo, el 15 de marzo de este año fue vinculado al caso Metástasis, pero él ya había salido del país y en la actualidad es considerado prófugo. Hay una boleta de detención en su contra.

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Este caso es investigado por la fiscal general del Estado, Diana Salazar, contra quien Aleaga ha emprendido una campaña, a través de redes sociales, para difundir supuestos mensajes que habrían intercambiado y en los que –según él– la funcionaria le habría proporcionado información reservada.

El último incidente relacionado con Aleaga y Salazar fue el 13 de mayo, cuando la fiscal abandonó una comisión de la Asamblea Nacional, a la que había sido convocada, cuando se informó que el exlegislador prófugo iba a comparecer de manera virtual.

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