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Los oscuros secretos de la 'clínica' de rehabilitación intervenida en Guayaquil
La policía aprovechó el apagón para sorprender a los delincuentes con varios allanamientos en Nueva Prosperina
El ‘golpe’ se dio en medio del apagón. Durante las incursiones policiales en el distrito Nueva Prosperina, en el noroeste de Guayaquil, se realizaron 35 allanamientos y se detuvo a 30 personas.
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Entre los detenidos, 25 se encontraban en una supuesta clínica de rehabilitación que, según las investigaciones, era utilizada como refugio para delincuentes que serían parte de Los Tiguerones, una de las bandas criminales que operan en esta zona.
El teniente coronel Roberto Santamaría, jefe del distrito Nueva Prosperina, explicó que la clínica de rehabilitación era solo una fachada para planificar y ejecutar actividades delictivas.
“Este lugar no era una clínica real, sino una guarida para delincuentes. Encontramos armas de fuego, cuchillos y material pornográfico. Estamos investigando, porque se presume que en este sitio se realizaban actividades de pornografía infantil”, detalló Santamaría.
El operativo, que se llevó a cabo en la madrugada, se realizó tras recibir denuncias de ciudadanos que indicaban que desde este lugar operaban bandas criminales bajo la fachada de una clínica de rehabilitación.
“En un operativo anterior, ya clausuramos otra clínica de rehabilitación con características similares. En estos centros no debería haber alcohol, drogas, armas de fuego ni armas blancas. Los cuchillos encontrados no eran para cocinar, sino para cometer delitos”, añadió el jefe policial.
Además de este allanamiento, en otro operativo se detuvo a cuatro personas por posesión de armas, entre ellas un fusil con silenciador, un equipo altamente costoso en el mercado ilícito. En otra vivienda, las autoridades decomisaron 51 paquetes de clorhidrato de cocaína y detuvieron a una persona.
Desmantelamiento de casas
Durante la acción policial, también se desmantelaron tres viviendas utilizadas para retener a personas secuestradas. En estos sitios se hallaron manchas de sangre, cuerdas y herramientas usadas para torturar a las víctimas, según agentes.
“Operamos en esta zona porque hay bodegas de drogas y casas que se utilizan para secuestros. El corte de energía fue crucial para el operativo, ya que impidió que los delincuentes usaran sus sistemas de seguridad, en este caso las cámaras para vigilarnos”, concluyó el oficial de la Policía.