El litoral ecuatoriano enfrenta una emergencia por el fuerte oleaje que azota las provincias de Manabí, Santa Elena y Esmeraldas, dejando víctimas mortales, cuantiosos daños materiales y alteraciones en actividades turísticas, comerciales y pesqueras.

Las autoridades locales han implementado medidas de seguridad y alertas preventivas mientras las comunidades lidian con los estragos de este fenómeno natural, que se extenderá hasta el 31 de diciembre de 2024.

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El Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada (Inocar) ha informado que, tanto en la costa continental como en la insular, se espera un oleaje predominante con periodos altos, superiores a 18 segundos. Por lo que se prevé un estado de mar agitado. El 30 de diciembre la situación sería moderada.

Santa Elena: Alerta en la Península

Los balnearios de Santa Elena también enfrentan estragos. En Salinas y La Libertad, los malecones fueron cerrados, y se suspendió el acceso al mar. Héctor de la Rosa, director de Gestión de Riesgos en La Libertad, señaló que las escolleras y locales de venta de alimentos sufrieron graves daños.

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Un parqueadero en el complejo residencial Puerto Lucía quedó inundado, mientras que en Salinas el malecón de San Lorenzo amaneció cubierto de conchilla. “Este oleaje nos sorprendió a todos”, comentó un comerciante. En San Pedro, pescadores lograron salvarse tras volcarse una embarcación. “Una enorme ola envolvió la lancha. El motor se apagó y la embarcación se viró. Volvimos a nacer”, relató Luis Rodríguez.

Además, las autoridades confirmaron el hallazgo del cuerpo del conscripto Anderson Bazurto, quien desapareció en la playa La Carioca el jueves 26 de diciembre.

Manabí: Tragedias humanas y daños materiales

El oleaje extremo en Manabí ha dejado dos víctimas mortales y graves daños en la infraestructura turística y comercial. Jeremías Chávez Pico, de 17 años, y Ernesto Calixto Mero Holguín, de 35 años, perdieron la vida en accidentes marítimos en San Mateo y Jaramijó, respectivamente. Sus cuerpos fueron encontrados en sectores cercanos a las zonas afectadas.

En el balneario El Murciélago, en Manta, dos quioscos fueron destruidos, afectando a comerciantes como Jenny Castro. “La marea me destruyó varias cosas; solo pude salvar unas sillas”, comentó. La alcaldesa de Manta, Marciana Valdivieso, informó que las reparaciones comenzarán cuando el fenómeno amaine.

En Santa Marianita, la invasión de piedras y arena perturbó actividades locales, mientras que en San Clemente, cantón Sucre, varias cabañas quedaron destruidas. José Mero, comerciante afectado, relató: “Las olas entraron con fuerza, causando la destrucción de cabañas y alterando el perfil costero”.

Esmeraldas: Aguaje amenaza Atacames

El ECU-911 alertó sobre un notable aumento en la marea de Atacames, donde el agua alcanzó el malecón. Aunque no se reportaron víctimas ni daños materiales, la situación preocupa a residentes y turistas.

El Inocar advirtió que el fenómeno continuará hasta el 31 de diciembre, con oleajes del noroeste del Pacífico que podrían generar corrientes de resaca. “Es crucial no subestimar las condiciones del mar”, alertaron las autoridades, instando a la población a extremar precauciones.

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