Tomó más de un año completar la primera fase del plan de reestructuración de rutas y frecuencias después de la puesta en marcha del Metro de Quito. En esta etapa, la Secretaría de Movilidad del Municipio, tras varios meses de trabajo, realizó ajustes en once de las 21 rutas que operan en el Corredor Sur Occidental. Además, se anticipan cambios en al menos tres de las otras diez rutas en el futuro.

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Álex Pérez, secretario de Movilidad del Cabildo, explicó que en cinco rutas se amplió el recorrido para cubrir áreas donde antes no llegaban los autobuses, mientras que en otras seis se redujo el trayecto, y diez rutas se mantuvieron sin cambios.

Dayana Peña no estaba al tanto de la modificación que la sorprendió. Ella reside en el sector de Las Casas y, por motivos laborales, viaja dos veces a la semana a Solanda, en el sur. Desde allí, tomaba una unidad R14 que la dejaba cerca de su hogar, pero el 21 de enero de 2025 el recorrido cambió y terminó en La Magdalena, donde tuvo que tomar otro bus del mismo Corredor para continuar hasta el Seminario Mayor, que era el destino final de la unidad. En esa parada, para llegar a su casa, tuvo que tomar otro autobús.

“Ahora tengo que hacer tres transbordos. Antes solo tomaba uno”, lamenta Peña. Tras esa experiencia, comentó que optará por usar el Metro o el Trole y luego tomar otro bus hasta su destino.

Para ella, explica, la modificación implica más tiempo y dinero. Además, pidió a las autoridades que informen a los usuarios sobre las nuevas medidas adoptadas. María Criollo comparte la misma preocupación. Ella viaja desde el Seminario hasta Nuevos Horizontes, pero ahora la unidad llega solo hasta Quitumbe, desde donde debe tomar otro bus.

Preocupación por los cambios

William Basantes, presidente de la Federación de Barrios de Quito, también señala que hay malestar por los cambios, y que en algunos casos los usuarios se ven afectados por tener que caminar largas distancias o porque los buses ya no llegan a las zonas donde antes lo hacían. Estas preocupaciones se han discutido en reuniones con las autoridades, y está previsto un nuevo encuentro para encontrar una solución que beneficie a la comunidad.

Álex Pérez, por su parte, explica que el proceso de implementación del plan incluyó un análisis técnico realizado desde la Secretaría. Junto con los transportistas, se revisó la propuesta y se abordaron las inquietudes del gremio. Luego, se socializó la información con los asambleístas de Quito, las administraciones zonales y los líderes de los barrios donde se aplicarían las modificaciones.

Con todas las observaciones y la retroalimentación recibida, se ajustaron las rutas y se realizaron pruebas operacionales. “Buscamos que sea lo más participativo, tratando de minimizar el impacto porque siempre habrá uno”, señala.

Aumento de cobertura

El funcionario destaca que se priorizó el aumento de la cobertura en áreas que previamente no contaban con el servicio. Además, aclara que no se modificó el trazado, sino que, en seis rutas, se recortó el trayecto. El objetivo, según Pérez, no solo es integrar las frecuencias con el Metro de Quito, sino también hacer que las unidades del Corredor Sur Occidental sean más eficientes.

Pérez explica que, en uno de los análisis realizados, se determinó que los autobuses que salían desde el sur de la avenida Mariscal Sucre llegaban a la Rodrigo de Chávez casi vacíos, y los pasajeros preferían bajarse y caminar hasta la estación La Magdalena del Metro para llegar más rápido a sus destinos. El trayecto del bus continuaba por la avenida Necochea y los túneles de San Diego, San Roque y El Tejar con solo cinco o seis pasajeros, lo que resultaba ineficiente y aumentaba el tráfico en una zona donde cruzar en hora pico puede tomar más de una hora.

“Las rutas que se recortaron ahora llegan hasta La Magdalena, lo que alimenta el sistema, al igual que las rutas convencionales. Ahora son trayectos más cortos pero más eficientes, y hemos mejorado la cobertura”, menciona Pérez.

Rutas que van por la misma avenida

Juan Ortiz, gerente del Corredor Sur Occidental, coincide en que ciertos recorridos no eran los más óptimos, ya que atravesaban toda la ciudad, desde el extremo sur hasta el norte, por la misma avenida Mariscal Sucre, lo que aumentaba la congestión en algunos tramos. También destaca que los conductores han observado el malestar de los usuarios, quienes en algunos casos deben caminar más para llegar a sus hogares o realizar transbordos. “Debemos cumplir con estas modificaciones y nosotros nos estamos adaptando”, agrega.

Una de las preocupaciones es que, al recortar las rutas, quedarían unidades disponibles que deberían ser reubicadas en zonas donde se identifique una falta de transporte.

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