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Esta fue la orden que recibieron sicarios en Guayaquil: "Es la pinta, mátalo, mátalo"
Al otro lado de la línea dieron la orden de matarlo. La víctima suplicó por su vida, mientras que sus familiares, por miedo, abandonaron la casa
A Kevin Michael Palma Tinoco no le sirvió de nada suplicar por su vida. Sus verdugos no se conformaron con lanzarlo por las escaleras; una vez en el piso, lo acribillaron a balazos.
Este hecho violento ocurrió la noche del miércoles 19 de febrero en la cooperativa Lincoln Salcedo, en el sector de Paraíso de la Flor, en el noroeste de Guayaquil. Esta zona de la ciudad forma parte del distrito Nueva Prosperina, el cual contabiliza 102 asesinatos, 86 más que en el mismo período de 2024.
Vecinos del fallecido relataron que cuatro criminales, que se movilizaban en dos motocicletas y cubrían sus rostros con pasamontañas, subieron por las escaleras ubicadas en la parte posterior del inmueble de dos pisos. Con un combo, forzaron la puerta y lograron ingresar.
Una vez dentro, amedrentaron a toda la familia y sacaron a Kevin a la fuerza. A empujones y apuntándole con una pistola, lo obligaron a bajar las escaleras. Ya en el piso, le dispararon mientras, a través de una videollamada, una persona al otro lado de la línea daba la orden de ejecutarlo.
Un familiar de la víctima, de 28 años, quien se dedicaba a vender caramelos en las calles de Guayaquil, relató con desesperación que Kevin les suplicaba a los criminales que no lo mataran.
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“Lo bajaron a la fuerza. Su pierna quedó atrapada en un escalón de la escalera. Luego lo tiraron al piso. Mi hermano vendía caramelos y chocolates en las calles de Guayaquil. Creemos que fue una confusión. Hicieron una videollamada y le preguntaron a alguien: ‘¿Este es el tipo?’, y el otro respondió: ‘Sí, mátalo, mátalo’. Estaban preparados”, narró un hermano del occiso.
A raíz de la violencia vivida aquella noche, la esposa y los dos hijos de la víctima decidieron abandonar su hogar, por temor. “Nos estamos yendo porque tenemos miedo. Queremos que se investigue este caso. Mi hermano era una buena persona, no merecía algo así”, expresó entre lágrimas el familiar.
Tricimotero estacionado a bala
A las 20:00 del miércoles, en la cooperativa Mayaicu, sector Paraíso de la Flor, tres personas fueron baleadas.
Como consecuencia de este hecho, falleció Gary Andrade Anchundia, de 41 años, quien tenía antecedentes penales por tráfico de drogas y tenencia de armas. Las otras dos personas heridas no tienen procesos judiciales.
Tras el suceso, la policía detuvo a dos personas, entre ellas un adolescente de 17 años. El fallecido trabajaba como conductor de tricimoto. En el lugar del crimen se hallaron cuatro indicios balísticos de calibre 9 milímetros.