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Moradores de Santa Clara de San Millán realizaron una minga en su parque
Los vecinos decidieron organizarse para combatir la inseguridad en su zona. Una minga fue el primer paso.
Los moradores de los alrededores de la Iglesia de Santa Clara de San Millán, en el centro norte de Quito, decidieron ‘tomar el toro por los cuernos’ y recuperar el parque que se ubica junto al templo.
La operación empezó temprano el sábado 21 de enero. Miembros de la Policía Nacional llegaron hasta el sector para desalojar a la gente en situación de calle y personas con problemas de alcoholismo y drogadicción que tenían tomado ese espacio.
Eso, según los moradores, atraía otro tipo de problemas como la delincuencia que afecta en esa zona a estudiantes, por estar cerca de la Universidad Central del Ecuador, así como a los clientes del Mercado de Santa Clara, que se ubica a menos de una cuadra, y a los propios vecinos que pasadas las 17:30 prefieren no salir de sus viviendas.
Presidente barrial
Manos a la obra
Galo Collaguazo, presidente de este sector, dijo que el comité barrial se conformó hace unos tres meses y desde entonces se propusieron recuperar este espacio, junto al párroco de Santa Clara.
Lo primero fue solicitar la mejora en la iluminación del parque, medida que se cumplió, pero no fue suficiente para persuadir a los habitantes de calle para que se retiraran y buscaran sitios más seguros para pernoctar.
Pero ayer, los vecinos, luego de la intervención policial para retirar aquellas personas, se armaron de escobas, palas, brochas y tijeras para llevar adelante una minga. A ellos se unieron estudiantes de un colegio que también se ubica a pocas cuadras del parque.
“Estos son los primeros pasos que damos para recuperar el espacio público. Estamos dialogando con los presidentes de otros barrios cercanos para tener un gran frente de seguridad. Es cierto que estábamos desorganizados, pero la desidia ciudadana tampoco contribuye”, dijo Collaguazo.
La colaboración
Y la gestión empezó a dar resultados. En la minga también se hicieron presentes delegados del mercado y de un supermercado que se ubica a pocas cuadras. Llegaron volquetes y personal municipal que ayudó a desalojar escombros, colchones y la hierba que iba quedando de la poda.
Se pintaron los bordes de las jardineras, se limpiaron los grafitis de un monumento. Todo para estar acorde a la iglesia, una de las más emblemáticas de Quito, que también entró en una fase de reparación.
Los siguiente es hacer de la pequeña plaza un espacio para ferias de emprendedores o de salud, que incluyan la puesta en escena de expresiones artísticas y culturales, para que la gente se apropie de ese espacio que ha estado abandonado