Exclusivo
Actualidad

El último caso contra un local comercial en el distrito Portete se produjo contra una picantería.Christian Vinueza / EXTRA

Menores ejecutan extorsiones en área de Guayaquil: la cifra que ganan y los riesgos

En el distrito Portete, muchachos son contratados para detonar explosivos. Policías lograron que se judicialicen ocho casos de ataques a locales.

La malicia para planificar atentados con explosivos contra locales comerciales también está enfocada en quienes hacen el trabajo más complicado. Los exponen al riesgo de morir por el estallido o de terminar recluidos, a cambio de recibir un pago bajo.

(Te invitamos a leer: Adolescentes infractores en Ecuador: ¿Hay que juzgarlos como adultos?)

Esta compleja realidad ha ocurrido en el distrito Portete, en Guayaquil, área en la cual se registraron 12 atentados con explosivos durante el último cuatrimestre. Ocho de esos casos llegaron a ser judicializados, a partir de las detenciones de los implicados.

Otra realidad en este distrito es que varios de los que han realizado los ataques son adolescentes. “Los menores son el brazo ejecutor de la amenaza. Son los que deambulan en la noche y madrugada colocando este tipo de misivas delictivas y activando este tipo de artefactos caseros explosivos”, explicó el teniente coronel Edison Molina, subjefe policial del referido distrito.

Momento de la explosión en una picantería perjudicada el jueves 16 de enero.Captura de video

Respecto a cuánto se les suele pagar a estos menores, mencionó que, según la versión de un chico aprehendido anteriormente, les ofrecen de 10 a 15 dólares por cada activación de explosivos o entrega de papeles con amenazas.

Los muchachos son reclutados en los barrios por adultos con antecedentes penales. Sin embargo, dijo que detrás de los casos conocidos no están bandas delictivas con una fuerte estructura, sino pequeños grupos criminales sectorizados.

Atentado contra picantería

El último caso ocurrió a las 23:34 del jueves 16 de enero en las calles 32 y Maracaibo. Un sujeto arrojó un objeto detonante a una picantería y luego huyó junto a un compinche que lo esperaba cerca, en una tricimoto.

Desde hace dos años, los dueños del local venían recibiendo amenazas a través de mensajes telefónicos y panfletos, en los cuales les exigían llamar a un número para acordar un pago de dinero y ya no sufrir atentados.

El estallido dejó daños en la puerta de la picantería.Christian Vinueza / EXTRA

Acciones adicionales de gendarmes

Según Molina, además de capturar a sospechosos, otras estrategias que han implementado es tener acercamientos con entidades bancarias para que bloqueen cuentas utilizadas para recibir los cobros de extorsiones.

Asimismo, ya se ha buscado tener apoyo de operadoras telefónicas para deshabilitar líneas empleadas para realizar las intimidaciones extorsivas.

(Entérate: Colombiano capturado en Quito se hacía pasar por venezolano: FBI estuvo en el caso)

Molina también recomienda a los dueños de locales no exponer a la vista datos sensibles como números de teléfonos.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad y sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!