Sofía (nombre protegido) fue con una maleta de ropa la tarde del miércoles 21 de julio hasta el Centro de Rehabilitación Social (CRS) de Cotopaxi, en Latacunga. Su esposo debía quedar libre luego de dos años de estar encarcelado por un delito cometido, pero no pudo. Había empezado un amotinamiento.

Simultáneamente, en la Penitenciaría de Guayaquil se formó otro relajo entre los reclusos.

Más tarde se conoció, a través del Servicio Nacional de Atención Integral a Privados de Libertad (SNAI), que hubo 21 fallecidos: 13 en Cotopaxi y 8 en Guayas. Además, un total de 57 heridos, de ellos 8 ‘polis’.

Sofía, angustiada, no sabía qué había pasado con su marido. Temía lo peor. Por eso, la mañana de ayer fue a la casa de salud a donde habían sido derivados los reos afectados de la cárcel, situada en la Sierra centro, pero no constaba en la lista de pacientes. Luego fue al Centro Forense de Ambato e ingresó a reconocer los cadáveres.

“Fue una masacre”, dijo la mujer, quien vio cuerpos macheteados, rostros desfigurados, extremidades a punto de desprenderse. Incluso, “unos tenían plásticos encima porque estaban destrozados e irreconocibles”.

Pero ninguno de ellos era el esposo de Sofía, quien le había advertido que sucedería algo así. Diario EXTRA también lo hizo, el pasado 10 de julio, cuando cientos de familiares de los privados de libertad protagonizaron un plantón afuera de la prisión para pedir paz entre los internos.

Según los denunciantes, miembros de la banda criminal Los Choneros estarían extorsionando a sus parientes. Al parecer, 15 integrantes de esta organización están en la prisión.

Decían que los reos de máxima seguridad iban a matar selectivamente a reclusos de mediana y mínima. Sin embargo, en este amotinamiento se vio lo contrario. Sofía comentó que su esposo le dijo la semana anterior que lo sacara pronto porque iba a ocurrir otra masacre como la de febrero. Y así fue.

Mientras decenas de familiares pedían información de los reclusos, la policía buscaba a los privados de libertad que se habían fugado de mediana y máxima seguridad aprovechando el caos. Hasta el cierre de esta edición capturaron a 78.

El coronel Pablo León, director de Contingencia Penitenciaria, señaló al mediodía de ayer que se controló la situación dentro de la prisión y que se brindará seguridad en el perímetro de la misma. Sin embargo, no reveló las causas que originaron el problema ni qué bandas estarían detrás.

54 REHENES

En Guayaquil, la Policía ha preferido reservar las identidades de los ocho reos asesinados en el CRS de Varones, conocido popularmente como ‘Peni’, pues esperaban que fueran reconocidos legalmente.

Sin embargo, se conoció el nombre de una de las víctimas, Jonathan Eduardo Chiriguaya Rodríguez, de 30 años, quien cumplía una pena por tentativa de femicidio y que por su buena conducta podía trabajar en el área de los huertos, a la que acceden personas de baja peligrosidad, según contó su prima, Eloísa Miranda.

Ella comentó que los parientes fueron alertados por amigos. “Nos llamaron para avisar que lo habían matado con un cuchillo en la cabeza (...). Esta noticia es dolorosa”, lamentó la allegada en los exteriores del Laboratorio de Criminalística.

También llegaron al lugar parientes de otras personas privadas de libertad, pero evitaron hablar por temor.

Fuentes policiales revelaron que todos los fallecidos ocupaban áreas a cargo de Los Choneros, pero no se precisó si también eran de esa agrupación, o si solo convivían entre ellos.

El coronel Marcelo Castillo, jefe operativo de la Policía en la urbe porteña, sostuvo que esos detalles se encuentran en investigación y no podía confirmarlos ni descartarlos.

El oficial explicó que los incidentes fueron reportados cerca de las 16:00 del miércoles, durante las visitas conyugales. Por ese motivo, 54 mujeres que estaban con sus parejas fueron tomadas como rehenes, pero fueron liberadas después de los tiroteos.

Tras controlar el percance, los agentes encontraron evidencia de que en los enfrentamientos se utilizó armamento de tipo militar, como fusiles y granadas.

El presidente Guillermo Lasso y la ministra de Gobierno, Alexandra Vela, anunciaron que hablarían sobre el sistema carcelario, pero hasta el cierre de esta edición no hubo un pronunciamiento. 

ALERTA MÁXIMA

Para mantener el orden en cada uno de los centros penitenciarios, desde el Servicio Nacional de Atención a Personas Adultas Privadas de Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI) informaron que “se mantiene una alerta máxima y se han suspendido todas las actividades que puedan poner en riesgo a la población penitenciaria y funcionarios administrativos”.