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Masacre en Guasmo: tras un año del crimen de 4 niños y su madre, aún no hay justicia
La abuela de los menores relata la angustia y desesperación que la embarga. Solo una persona ha sido detenida y aún no ha recibido sentencia
Desesperación, angustia y miedo son los sentimientos que invaden a Olga, una guayaquileña de 48 años que sigue exigiendo justicia por el brutal asesinato de sus cuatro nietos y su nuera. Un año después del atroz crimen, se aferra a la esperanza de que este hecho no quede en la impunidad.
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El 11 de diciembre de 2023, criminales a bordo de un vehículo Chevrolet blanco llegaron hasta una vivienda en la cooperativa Guayas y Quil 1, en el Guasmo Sur de Guayaquil. Uno de ellos descendió del automóvil y disparó contra la casa donde vivían los niños y su madre. Aunque el padre de los menores y otros familiares lograron sobrevivir escondiéndose y tirándose al suelo, la tragedia les quitó a cinco de sus integrantes.
Rosa, la madre de los pequeños, intentó proteger a sus hijos con su propio cuerpo, pero su esfuerzo fue en vano. Ella y sus niños (de 7, 5, 3 años y una bebé de cinco meses) murieron.
“Parece que esta pesadilla fue ayer. No hay día en que no recordemos a los niños y a su madre. Hace poco soñé con mis nietos: estaban sonrientes, jugando felices. En el sueño yo estaba triste, lloraba, y es lo que aún siento. Este dolor no se puede superar. No fue solo una persona, fue una familia entera”, recordó Olga, sentada en el mueble de la casa donde vive desde hace diez meses.
Con sus manos temblorosas, sostenía un pequeño cofre de plástico mientras relataba su angustia y desesperación tras la masacre que destrozó a su familia. En el cofre guarda como tesoros los pocos objetos que quedaron: el anillo de matrimonio de su nuera, unos aretes y las cadenitas de sus nietos.
“Es prácticamente lo único que nos queda de ellos, además de los recuerdos de cuando estaban con nosotros. Después de su muerte, regalamos toda su ropa y sus zapatitos a personas que los necesitaban. Esta será otra Navidad sin ellos. El año pasado nos encerramos, no hubo celebración para nosotros”, expresó con voz quebrantada.
Ayuda psicológica
Olga confesó que desde los asesinatos, tanto ella como Jordán, el padre de los niños y el mayor de sus dos hijos, reciben apoyo psicológico a través de un especialista del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
“Había días en que mi hijo no quería ni levantarse. Gracias a Dios, una institución le brindó trabajo después de conocer su tragedia. Ahora trabaja como bodeguero y eso lo ha ayudado, aunque todavía sufre episodios de depresión y ataques de ansiedad. Jordán no asimila que sus hijos y su esposa ya no están. Yo he sido su soporte”, relató Olga con fortaleza.
Sin sentenciados
Dos días después de la masacre en el Guasmo, Byron Steven Morales Barzallo, alias Borreguito, fue detenido en las calles 32 y García Goyena, en el suburbio de Guayaquil.
Sin embargo, luego de casi un año de su arresto, el proceso judicial no ha avanzado. “Se han diferido tres audiencias contra este hombre, señalado como el responsable de nuestro dolor. ¿Cómo es posible que no haya justicia y que solo él esté detenido? Este hombre no actuó solo”, dijo Olga con indignación.
La señora también recordó que el pasado 29 de julio fueron detenidas otras cuatro personas que, según las investigaciones, eran el objetivo de los criminales.
“El atentado era para la casa de al lado. Coincidentemente, mi hijo se llama igual que la persona a quien, según la policía, querían matar. Se equivocaron de casa y es mi familia la que ahora sufre”, concluyó Olga mientras recibía el abrazo de su madre, quien viajó desde España para estar en la misa por el primer aniversario de la muerte de sus bisnietos.
La madre de los niños murió un día después del ataque. Recibió siete tiros: dos en el abdomen, dos en el brazo izquierdo y tres cerca de la ingle.
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