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Juan Andrés Vintimilla enfrenta un nuevo proceso por delito sexual.Jaime Marín

Mangajo enfrenta quinto proceso por delitos sexuales

Acusado acumula 74 años 8 meses de cárcel en cuatro sentencias anteriores, pero según la Constitución ecuatoriana no podrá estar encarcelado más de 40

‘Una mancha más al tigre’, refrán popular que calzaría dentro del bullado caso denominado Mangajo. Es Juan Andrés Vintimilla, de 36 años, acusado de delitos sexuales y que la tarde del miércoles 5 de agosto del 2020, se le ordenó 90 días de prisión para profundizar en la investigación sobre otro delito de presunta violación.

Con ello acumula un quinto proceso, de más de una decena de denuncias de adolescentes que habrían sido víctimas del abusador.

Según la abogada acusadora, Andrea Arízaga, a este proceso se lo ha denominado Martina, y estuvo a punto de archivarse por haber transcurrido dos años y la investigación estuvo estancada. “Esperamos celeridad”, expresó la defensora, quien añadió que se busca durante la investigación, descubrir y determinar la existencia de otras personas involucradas en el hecho que ha conmocionado a Cuenca y el país.

El caso data de julio de 2018, fecha en la que fue detenido Vintimilla. Sobre él pesa cuatro condenas, la más reciente se le dictó el 29 de junio de 2020, con una sentencia de trece años por el delito de pornografía con la utilización de menores de edad. A esta pena se suman otras dos, de 29 años cuatro meses cada una por el delito de violación. La última, de tres años por distribución de pornografía. Todas están ejecutoriadas y acumula 74 años 8 meses de cárcel que, sin embargo, de acuerdo a la Constitución ecuatoriana, no podrá estar encarcelado más de 40 años.

Los procesos restantes, aunque no se especificó el número, según la Fiscalía del Azuay, se irán cumpliendo de acuerdo a los periodos de investigación.

Al acusado se lo conoce también como el Hombre de la rosa roja, con la que conquistaba y abusaba de las víctimas tras invitarlas a salir luego de hacer amistad a través de las redes sociales, por las que incluso transmitía imágenes de los actos sexuales, según lo que consta en los procesos.

Las afectadas superarían las treinta, pero sólo diez judicializaron las denuncias. Todas se hallan bajo el amparo de protección de víctimas y testigos. (JM)