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El caso ocurrió en el sector Los Panchones, de la parroquia Ángel Pedro Giler.Cortesía

Manabí: Niña presenció el femicidio de su madre

El presunto causante fue el papá de la pequeña, quien se colgó de un árbol. Ocurrió en una zona rural del cantón Tosagua. La niña estaba conmocionada.

El clamor de una niña, de 4 años, estremecía a quienes la escuchaban en un caserío del cantón Tosagua, en Manabí, pues insistentemente repetía a sus abuelos que quería ver a sus padres, pero ellos no tenían respuesta. No sabían cómo decirle que estaban muertos, que no iban a volver.

¿Qué ocurría? La pequeña no entendía que lo que había presenciado al mediodía del sábado 5 de marzo había sido el presunto femicidio de su madre y el suicidio de su padre, identificados como María Fernanda Vidal Macías y José Atanasio Santana Guerrero.

Ellos ya tenían dos meses separados y, de acuerdo a lo comentado por un allegado, la joven estaba intentando rehacer su vida, alejada de su expareja, pero el individuo, al parecer, no asimilaba que ella no lo tenía más en sus planes.

Los lugareños estaban desconsolados por lo ocurrido.Alejandro Giler

Ese habría sido el detonante que llevó al sujeto a planificar el crimen de la mujer, quien fue golpeada en el cráneo con un martillo. Y el impacto, con esta herramienta, habría sido tan fuerte que hasta el mango se le desprendió. Después de eso, el individuo habría salido de la casa para buscar un árbol y colgarse de una rama.

Todo eso fue visto por la menor de edad, pero aún así ella no podía comprender que sus padres estaban fallecidos.

Extraoficialmente se conoció que los investigadores solicitarían que la niña reciba tratamiento psicológico para que pueda superar la conmoción que ha sufrido.

¿Qué hacían en el sitio?

La casa en la que ocurrió el crimen era en la que habitaba Santana Guerrero. Al sitio había llegado María Fernanda porque cada sábado llevaba a su hija para visitar a sus abuelos paternos, quienes poco pudieron hacer cuando escucharon los gritos de la mujer, pues cuando salieron, ella estaba muerta y su hijo, en cambio, guindado de un árbol.

Los lugareños, quienes conocían a la pareja, estaban desconcertados por lo sucedido. Tampoco pudieron hacer algo por salvar a María Fernanda, para ellos también fue tarde cuando la escucharon.

Con sus abuelos

Tras el hecho violento, la menor de edad quedó a cargo de sus abuelos paternos, quienes estarán pendientes de que le brinden la asistencia psicológica que ella necesita.

Luego de conocer los detalles de este hecho, el psicólogo manabita Jorge Macías dio su opinión y explicó que los casos de femicidio son el final de una escalera conformada por escalones de problemas. “El hecho consumado, como tal, responde a una cadena de advertencias, en la mayoría de casos ha existido maltrato previo, ya sea físico o psicológico. En muchos hay amenazas y la mujer no cree capaz que el hombre pueda cometer tal situación hasta que lo hace”, señaló.

En Manabí, con el último hecho, son cuatro los femicidios que se han registrado.

Y, mientras tanto, una niña seguiría implorando: “quiero ver a mis papás”. (AG-SCM)