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Quito: Joven fue tiroteado cuando visitaba a un amigo
La víctima y su ‘pana’ no han sido ‘angelitos’. Son investigados por receptación y la Policía presume que el ataque fue por problemas de distribución de drogas.
Cecilio Cóndor y Emilia Shugulí continúan consternados por el tiroteo que ocurrió en la puerta de su casa, ubicada en Carcelén, norte de Quito, el martes 31 de enero.
Eran las 17:00. La pareja de adultos mayores no se encontraba en su vivienda. Cóndor recibió una llamada. “Usted ha arrendado a unos ladrones. Hubo balacera”, le dijo un vecino.
Llegaron al domicilio y vieron que estaba cercado por un contingente policial. También había una motocicleta en el suelo y un charco de sangre.
Un oficial le dijo a Cóndor que un joven de 19 años fue en una moto a visitar al inquilino que vive en la primera planta y fue baleado por un sujeto.
“También me dijo que la próxima vez que arrendara a alguien le pidiera los documentos personales para conocer si tiene historial delictivo”.
Investigación
El informe policial señala que mientras llevaban a la víctima a una casa de salud para atender sus heridas, interrogaron al inquilino. Este les dijo que antes de abrirle la puerta a su amigo, escuchó seis detonaciones. Salió y lo vio en el suelo pidiendo ayuda.
Los agentes se percataron de que la moto en la que se movilizaba la víctima no tenía placa y estaba reportada como robada.
Luego confirmaron que el inquilino tenía cinco antecedentes penales por tráfico de estupefacientes y tenencia de armas. Además, el último delito por el que le detuvieron fue por receptación, el 19 de enero de este año.
En dicho proceso, según la Función Judicial, también fue capturado su ‘pana’ baleado, quien hasta el cierre de esta edición se mantenía en condición crítica y con custodia policial en un hospital de Calderón.
Ambos sujetos tenían que presentarse periódicamente ante el juez, los miércoles.
Malos ‘vecis’
Cóndor no se imaginaba que su inquilino y su amigo eran ‘fichas’. Recuerda que hace tres semanas le arrendó el departamento. “Cuando llegó estaba ‘patojito’. No sabía que me iba a causar problemas”.
Katherine Palacios, moradora del sector, enfatiza que el barrio se ha vuelto peligroso desde hace unos seis meses, cuando “aparecieron vendedores de droga”.
También resalta que hay arrendatarios que no exigen documentos a los inquilinos y que por eso “no se sabe si quienes vienen a vivir al barrio son buenos o malos”.
OTRO CASO: Agarrada con ‘celus’ ajenos.
Una mujer alertó al ECU 911 de que fue víctima de robo en el bus que se transportaba, por la avenida General Rumiñahui, a la altura del Puente 8, al oriente de la capital.
Los policías detuvieron la unidad y la afectada bajó corriendo. Luego señaló a una mujer que estaba en uno de los asientos y dijo que ella le habría quitado el teléfono. Los agentes le requisaron una mochila y tenía cuatro ‘celus’ que no supo justificar su procedencia.