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Informales se adueñan de veredas de Guayaquil
Habitantes de centro y norte deben caminar por las calles ante el poco espacio que dejan los comerciantes. ¡La ciudad retrocedió a los 80!
Caminar por el centro y norte de Guayaquil es como atravesar un campo repleto de obstáculos. Aunque es más parecido a un gran mercado: zapatillas, útiles escolares, ropa, verduras, frutas, almuerzos y hasta micheladas, se puede encontrar en las aceras y portales.
El comercio informal cada vez crece más al relajo, y a decir de Fausto Gómez, esta situación solo se compara con lo vivido en la década de los 80.
“Un Guayaquil desordenado, lleno de comerciantes informales y sucio es lo que veo al salir de mi casa y nadie controla esto. Siento y veo que retrocedimos casi 40 años, me siento en los años 80”, se quejó el ciudadano, quien reside hace 50 años en Lorenzo de Garaycoa y Sucre.
Cerca de su vivienda, más de una decena de vendedores ambulantes se estacionan para ofrecer, desde ropa para dormir, hasta traje de baños y utensilios de cocina en el espacio de menos de diez metros, que empuja a la gente a caminar sobre la calle; entre decenas de vehículos y buses.
“Así es prácticamente todo el día. Pasan gritando, peleándose entre ellos y dañando el barrio que ya se había regenerado. Siempre ha sido comercial y está bien, pero ahora otra vez dejan sucias y malolientes las calles”, reclama Gómez.
Este escenario se replica en algunas zonas del norte como Alborada, Sauces, Mucho Lote 1 y 2, y Los Vergeles.
“Tengo que esquivar a los informales de las veredas y a los carros en la calle. Hemos retrocedido tanto”, opina Karla Farías, moradora de La Florida.
¿Por qué no se logra organizar aún a los informales? ¿Por qué las veredas jamás han estado libres y para uso único del peatón?, son algunas de las preguntas que EXTRA planteó al Municipio, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.