Cuando los sueños se trabajan con perseverancia, sin importar edades, se cumplen. Este es el caso de Virginia Hislop, de 105 años. La mujer estaba por graduarse en 1941 cuando en el momento menos esperado inició la Segunda Guerra Mundial.

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Su pareja en ese entonces, George Hislop, fue llamado a servir en el Ejército, lo que llevó a Virginia a abandonar sus estudios, casarse con él y dedicarse a criar a su familia. Después de la guerra, la familia Hislop se estableció en Yakima, Washington, donde Virginia dedicó ocho décadas a trabajar en escuelas y universidades, demostrando su pasión por la educación.

Desde allí, luchó con éxito por la aprobación de la creación de distritos independientes de colegios comunitarios en el estado de Washington, lo que benefició a la comunidad educativa local. Y hace apenas 6 años, en 2018, tomó la decisión de retomar los estudios e incorporarse como docente universitaria “He esperado mucho tiempo para esto”, dijo emocionada al recibir su diploma, al tiempo de agradecer a la Universidad de Stanford por reconocer su trabajo a lo largo de los años.

Durante la ceremonia de graduación, el director Daniel Schwartz entregó el diploma a Virginia y subrayó: “El caso de esta mujer centenaria nos da una lección de cómo perseverar para alcanzar nuestras metas. Nunca es tarde para continuar aprendiendo y luchando por buenas causas”.

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